sábado, 15 de junio de 2019

Sin control en ruidos







Juan José Ríos Ríos



En Ciudad Guzmán no se atiende el problema derivado de exceso de ruidos que producen vehículos que han sido modificados, o del perifoneo callejero anunciando la celebración de bailes, presencia y acción circense, de negocios o tiendas que promueven sus artículos mediante este sistema que, por lo excesivo en los decibeles que se emiten, constituyen además de molestias problemas de salud.

            Es cuestionable que por la misma zona centro de la ciudad circulen motos modificadas cuyos dueños o conductores abusen transitando a velocidad superior a la considerada como límite y emitiendo ruidos molestos, ensordecedores, sin que nadie les llame la atención y mucho menos sancione como ya está reglamentado en la entidad.





            Lo mismo sucede con vehículos motorizados ruidosos, los que además circulan en las calles de la ciudad con música a todo volumen, haciendo gala de sus malos gustos y de la impunidad que permite la tolerancia de quien debe poner orden, dejando mucho que desear en el propósito de hacer de ésta urbe una ciudad amable por culpa de unos pocos, que violentan los derechos de los demás y de paso exhiben la ausencia de orden que deben imponer las autoridades.

            Sin duda que en esta nada fácil tarea mucho tiene que hacer el área de tránsito y movilidad, pues el problema se genera en las calles y avenidas, en la zona centro y en plenas narices de los agentes de la dependencia. Hay tan descaro, en este caso de ciclistas, que no solamente circulan en sentido contrario, se pasan semáforos poniéndose en riesgo de ser atropellados por su imprudencia, las más de las veces ante los ojos de los agentes pero nadie les llama la atención.

            En cuanto a la actitud que asumen los motociclistas, mucho se ha comentado la forma como se conduce la mayoría, con exceso de velocidad, sin el equipo de protección y cometiendo todas las imprudencias habidas y por haber en las calles, exponiendo su integridad física y de paso comprometiendo a los demás, sobre todo a los conductores de vehículos. De su actuar dan cuenta las calles con las cruces colocadas en donde se produjo un accidente y un motociclista perdió la vida, pero ni eso hacer cambiar su actitud, a lo que se suma la falta de aplicación de la autoridad competente.
           
           

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