Víctor
Hugo Prado
Víctor
Hugo Prado
Pedro Vargas Avalos
Como reguero de pólvora se difundió la noticia el pasado miércoles 26 de octubre: era inminente la renuncia del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero. Y lo que podría ser una ficción se cristalizó como verdad esperada, apenas el jueves siguiente, tras la dimisión formal que presentó el entonces Fiscal; el senado se apresuró y calificó como “grave” el motivo del retiro -así lo exige la ley- y con el completo rechazo de las oposiciones, aprobó la causa. De esa manera pasó a ser historia la labor desempeñada por el Dr. Gertz, en la difícil cuanto trascendente labor de procurar justicia.
Víctor Hugo Prado
Fernando G. Castolo
Pedro Vargas Avalos
Víctor Hugo Prado
El
México contemporáneo vive una etapa de tensión cívica en la que
la represión —franca o disimulada— puede surgir desde un
discurso, una conferencia de prensa o una narrativa oficial que
intenta desestimar el disenso. A esa represión velada se suma la
captura de instituciones que deberían equilibrar el poder: las
Cámaras de Diputados y Senadores, el Poder Judicial y los órganos
autónomos que, hasta hace unos años, limitaban el autoritarismo en
temas cruciales como telecomunicaciones, competencia económica,
energía o educación. Hoy esas tareas quedaron bajo control directo
del gobierno, debilitando la certeza jurídica y reduciendo las
garantías de imparcialidad en decisiones de vigilancia y regulación.
Salvador Encarnación
Se
cumplió la profecía. Días antes de efectuarse la marcha de la
Generación Z, a realizarse el sábado 15 de noviembre, se vaticinó
que habría violencia. Y la hubo. Otra vez hicieron presencia los
encapuchados y mancharon con su actuar, la protesta. Eran dos marchas
en una en la ahora CDMX. Ambas desembocaron en el Zócalo. La primera
para urgir justicia por el asesinato del expresidente de Uruapan, don
Carlos Manzo y exigir seguridad para ese municipio y en todo el
Estado. Horas antes al día convocado, la señora Grecia Quiroz
García viuda de Manzo, presidenta municipal sustituta de Uruapan,
expresó en conferencia de prensa: “Nosotros no estamos encabezando
esa marcha”. La otra, más publicitada, fue organizada por la
Generación Z, que imita las protestas en otras naciones.
Pedro Vargas Avalos
Víctor Hugo Prado
Víctor Hugo Prado
Pedro Vargas Avalos
En días pasados -el evento en la capital del país fue el sábado 18
de este mes- la prensa difundió que el Partido Acción Nacional
-PAN- se refundaba. Su nueva rúbrica es Patria, Familia y Libertad,
que sustituye al añejo de “Por una Patria Libre y Generosa”, que
reflejaba ideales libertarios, sociales y de salvaguardia de la
soberanía nacional. El flamante lema divulgado, quizás luce
importante, pero suena a mercadotecnia y bien puede, por genérico,
no decir nada. Lo que sí es indubitable es que ambas divisas se
inscriben en el marco conservador, aunque no creemos llegue el
supuesto redivivo blanquiazul, a la estrambótica ideología que
presume el delirante Che Milei o el retrógrada Jair Bolsonaro,
aunque sí parece lindar con el Partido Popular español- el de
Aznar, gran cuate de Calderón, reincorporado al dizque renovado
panismo- y sostener sugerencias del ultraderechista Vox ibérico.
Ramón Moreno Rodríguez*
En nuestro alfabeto latino, las primeras letras que se usaron fueron las mayúsculas. El uso cotidiano y la necesidad de hacer más expeditos los textos obligó a la invención de las minúsculas. Esta innovación debió aparecer hacia el primer siglo de nuestra era. Se han encontrado grafitis en Herculano y Pompeya escritos con letras minúsculas, también llamadas cursivas, es decir que discurren o por mejor decir, corren.