Salvador Encarnación
Fuimos a visitar “los siete templos” a Guadalajara en viernes santo. La tradición estricta indica que es en jueves, pero prohibido no está. Iniciamos por La Merced. Unas ricas empanadas nos recibieron en el atrio. Doraditas por fuera. Ligeramente azucaradas. Oliendo a masa recién horneada. “Acá está el templo”. Ah, sí, perdón. Adentro encontré las pinturas de Rosalío González, el hijo ilustre de Jalos. Ahí se explaya la gloria de la orden mercedaria. “Acá está el altar”. Ah, sí. En una capilla anexa están las pinturas de los santos mártires de la Cristiada. Busco a san Rodrigo Aguilar Alemán de Sayula y no lo encuentro. Por ahí debe de andar…