martes, 5 de marzo de 2019

Escucha activa, clave en la comunicación entre padres e hijos




*L.E.P. Sandra Guadalupe Cueto López


La escucha activa es una habilidad que desarrolla la capacidad de empatía hacia los demás, esto significa que aprendemos a ponernos en el lugar del otro cuando habla, y no sólo oír lo que nos dice sino y lo más importante, imaginar cómo se siente; es la capacidad de hacer que la otra persona sienta que reconocemos sus sentimientos y respetamos sus motivos.



La escucha activa es la única forma de conectar con nuestros hijos y de entrar en su mundo. Nos permite comprenderlo y acceder a esa personalidad que se está formando. Nos ayuda a transmitirles que los comprendemos y los respetamos. Facilita que se sientan con más confianza al ser escuchados.

A veces los padres no conseguimos descubrir los deseos o necesidades de nuestros hijos, no les prestamos el tiempo suficiente para escuchar u observar que es lo que necesitan, por lo que intentamos compensar con interrogatorios que de ningún modo transmiten a los hijos que se ha comprendido sus necesidades, sentimientos, emociones o preocupaciones.

Uno de los aspectos más importantes que tenemos que cuidar en la familia es la comunicación entre padres e hijos para llevarla a cabo una manera eficaz, ya que es fundamental no sólo para notificar y transmitir información de manera adecuada, sino que, además hay que saber escuchar.

Escuchar a nuestros hijos, ya que en muchas ocasiones sólo comenzamos a hablar y preguntar constantemente sobre cómo les fue en la escuela, cómo han estado, qué han hecho, qué tarea tienen, a dónde han ido, con quién, etc., o solamente les contamos cosas que nos pasan,  que nos preocupan o nos interesan sin dedicar tiempo a ellos y a escucharles; solemos prestar especial atención a lo que queremos decir, pero no tanto a lo que nos dicen.

Hablamos de la escucha activa en familia, pero ¿cómo lograr esa comunicación con nuestros hijos?

Actitudes básicas que se deben tener para la escucha activa

1. Deseo de escuchar. Disponibilidad de tiempo, si no se tiene hay que expresarlo y          luego buscarlo.
2. Deseo de ayudar, de enseñar.
3. Capacidad para aceptar los sentimientos de nuestros hijos.
4. Confianza en los hijos.
5. Ser conscientes de que los sentimientos son transitorios, cambian.
6. Ver a nuestros hijos como un ser humano independiente de nosotros.
Pero recuerden:
• No intenten ser padres perfectos. No existe la perfección.
• Sean padres comprometidos con su trabajo con sus hijos y que desean hacerlo mejor posible.
El proceso de escucha activa, es una forma de atender a los demás y, fundamentalmente a los hijos ya que produce excelentes relaciones interpersonales y proporciona una mejor manera de comprenderlos.

*Asesora en el Centro de Actualización del Magisterio.




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