martes, 19 de marzo de 2019

Confianza, el mejor índice financiero






*Samuel Gómez Patiño


Cuando le preguntan a mi señora que como estoy, siempre le digo que les conteste:

            -¿Comparado con quién?
            Entonces pienso que ojalá no me compare con Brad Pitt, Ricky Martin y mucho menos con Maluma. Solo así tendré esperanza de no estar tan mal.

            ¿Cómo saber en el estado en que nos encontramos si no hacemos comparaciones? Dicen que no es bueno compararse, pero al final es una manera de conocer cuál es nuestra situación aunque el resultado no nos guste.

            En las últimas semanas me he cansado de escuchar las tonterías del nuevo gobierno descalificando lo que no les gusta sin ninguna investigación denostando todo aquello que no esté de acuerdo a sus creencias. No vote por Morena ya que siento que se han rodeado de personas que no son honestas, muy diferente de ser inexpertos, eso con el tiempo se puede aprender, pero la deshonestidad no nos puede ayudar.

            Peor me preocupa que algunas decisiones parece que se toman más emocionalmente que científicamente, descalificando los estudios profesionales de expertos en las diversas áreas. Irónicamente pide una universidad gratuita para todos, pero no cree en los profesionistas (sobre todo sino están con él). En algún artículo anterior escribí mis razones por las cuales me parece que la universidad no es para todos; se necesitan oficios y personas con otras habilidades técnicas para apoyar el trabajo profesional y por otra parte también hay que entender que muchos jóvenes no tienen la inquietud para realizar estudios largos, prefieren aprender y desarrollar su potencial, sobre todo manual.

            Los organismos de diversas áreas evalúan bajo criterios desarrollados después de muchos estudios y casi todos comprobados de su certeza, que ayudan a tomar decisiones que basados en información histórica y proyecciones calculadas facilitan el entendimiento de los expertos.

            Recuerdo que alguien dudaba que tuviera la salud para enfrentar el gran reto de dirigir este país y él presumió que gozaba de excelente salud. ¿Que acaso estos estudios no es información de arduos estudios basados en comparaciones comprobadas a través del tiempo? Ahora resulta que debemos de descalificar aquellos que no son de su agrado. Supongo que de haber salido mal en los estudios médicos hubiera desacreditado a las escuelas de medicina, médicos ineptos egresados de nuestras universidades solo por no encontrarlo con buena salud.

            Hace unos días se molestó porque las principales calificadoras financieras toman como riesgosas algunas de las decisiones que se toman en el país, sobre todo en materia económica. Veamos esto, vamos a suponer que tu mejor amigo te pide prestado cinco mil pesos y te comenta que te lo paga en la primer quincena de abril; él tiene actualmente un buen trabajo y en abril recibe una buena recompensa económica lo cual avala que puede cubrir el préstamo en su totalidad y en tiempo, muy probablemente no le pidas algún interés ya que sabes que el riesgo es mínimo.

            Cambiemos el escenario, tu amigo toma algunas decisiones peligrosas con el efectivo que le prestaste, esto se complica ya que perdió su trabajo y por lo pronto sientes que está en riesgo tu dinero, que ni siquiera era una inversión ya que no esperabas una ganancia. Ahora, existe el riesgo de perder tu dinero. Si le volvieras a prestar calificarías de riesgoso el préstamo y le solicitarías un redito alto, que cubra la ganancia que deseas y cubrir el riesgo esperado. Adiós a la amistad.

            “El rol de las agencias calificadoras en la evaluación del riesgo de crédito de valores emitidos por instituciones financieras, empresas y gobiernos resulta fundamental, como se señala en el Portal del Banco de México, para contribuir a mitigar una parte importante de los costos que enfrentarían los inversionistas de tener que analizar por su cuenta los riesgos de crédito de cada una de sus inversiones potenciales” Ramon Garcia Gibson, Forbes México, mayo 2015.

            Las agencias calificadoras emiten un valor de riesgo de acuerdo a sus análisis lo que ayuda a los inversores a tomar decisiones, por lo general al tener una calificación positiva compran valores en cambio, si van a la baja buscan vender sus documentos. Esto es una decisión del inversor, y solamente de él. No es frecuente que las empresas o gobiernos se quejen de una mala calificación, ellos deben de dedicarse a tomar decisiones correctas que mejoren el nivel de confianza en quienes arriesgan sus recursos.

            ¿Cómo lograrlo? Es relativamente fácil, tomando decisiones que visualicen una mejora en las finanzas del negocio. Ser claro con el rumbo que lleva la empresa o entidad pública pero sobre todo no entrar en conflictos con las otras organizaciones.

            El gobierno no puede estar peleando con las calificadoras, debe mejor tomar decisiones basadas en información confiable, no desacreditando a las empresas o personas y menos sin pruebas. Si es necesario deberá reconocer cuando se equivoca, mostrar estar preparado hasta para fracasar. La descalificación sin pruebas, sin acciones y con mucha impunidad no sirve para generar la confianza en que vamos por el rumbo correcto.
           
            La próxima semana: ¡La vida no vale nada!
             
             Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Director del Área 1, de la División “A” del Distrito 113
Presidente del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California


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