miércoles, 6 de marzo de 2019

La Educación del Futuro, es la construcción de nuestro presente




Juan Pablo Sánchez Zavala



Con vista hacia el futuro, la educación del presente en nuestro país, estado y municipio debe de estar centrada en un aprendizaje emocional para que el conocimiento sea real y significativo.




Hoy en día la sociedad ha limitado el acceso y la experiencia del conocimiento a los niños con el muy tradicional “esto no porque…” “no hagas esto porque…” “en otro momento que ahora estoy ocupado”, lo cual va exterminando el deseo de aprender y de la posibilidad de generar la imaginación creadora en los niños.  En lugar apagar esa curiosidad nata que lo impulsa, como adultos debemos presentar una propuesta positiva que alimente sus ganas de conocer el espacio que lo rodea y que ponga a prueba sus capacidades físicas y mentales. Estamos hablando de una idea seguida de una iniciativa que estimule, ejemplo: “¿si vamos a explorar al campo? Por supuesto y después vamos al museo a ver las colecciones prehispánicas”. Cualquier tipo de actividad extra-escolar permitirá al niño tener una concepción del entorno más interesante y extraordinaria, que lo puede marcar de por vida.

Pero ocurre que las herramientas digitales están ofreciendo contenidos procesados que acaparan la curiosidad que lo motiva, lo que interrumpe el desarrollo y uso adecuado del cerebro, afectando las áreas encargadas de los procesos cognitivos y conductuales. Dicha afectación, ha llegado a tal grado que la memorización es nula y la retención deficiente, en consecuencia, el niño deja de cuestionar cosas simples de la vida por restarle importancia a lo que pudieran ser acontecimientos extraordinarios, al mismo tiempo que se evade la responsabilidad de enseñar las cosas del mundo que lo rodea, desde lo simple a lo complejo. El acceso a las herramientas digitales a muy temprana edad, son parte de una problemática que no ha sido regulada por los padres de esta generación.

Por lo tanto, los nuevos padres de familia construyen una sociedad del futuro que será la principal responsable de lo que se vislumbra; es muy aterrador pensar que pudiéramos tener en un lapso de 10 años jóvenes insensibles al dolor ajeno, con poca iniciativa para emprender acciones altruistas o que exista poco interés en el servicio a la comunidad. Una de las principales problemáticas que estamos atravesando es “el uso inadecuado del tiempo libre en los jóvenes” ¿en que están invirtiendo el tiempo libre? Labor altruista, servicio a la comunidad, deportes, artes. Se ha podido constatar que el joven promedio pasa la mayor parte del tiempo involucrado en las redes sociales, donde construye su realidad basado en los estereotipos de moda, a esto nos referimos a la pretensión a una vida de lujos y viajes que difícilmente podrán costear, presentando un incremento a la posibilidad del acceso a las drogas como: alcoholismo, consumo de estupefacientes de manera recreativa, enfermedades de transmisión sexual, incremento de la tasa de mortalidad en jóvenes por accidentes,  suicidios entre cosas.

Sino prestamos atención a estos detalles estaremos condenando a la infancia a que no lleven una vida real y verdadera, como es la que ofrece una convivencia sana: salir a parques, caminar en el bosque, explorar, jugar a la pelota, resorte, trompo, plastilina, trepar árboles entre otras cosas que despiertan la conciencia en los niños. Dichas actividades han sido sustituidas por los videojuegos con altos contenidos de violencia, además de los contenidos no analizados de YouTube y los contenidos absurdos generados por los YouTuber´s.

Esto que se traduce a una problemática real que nos corresponde atender a los humanos, porque de nosotros depende, la calidad de mente propia y la de nuestros niños, porque así será la calidad del mundo que percibimos. Si mejoro la calidad de mis percepciones y experiencias. El mundo me parecerá perfecto tal y como es.



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