jueves, 31 de enero de 2019

Recordando a Don Julio de la Mora Jazo




>Tecalitlán en la historia




*René Chávez Deníz


El 01 de octubre de 1897 nació en Tecalitlán, Jalisco, Julio de la Mora Jazo, el 12º de 14 hijos del Sr. Juan de Mora Ochoa oriundo de este mismo lugar y la Sra. Amalia Jazo Verduzco nació en Tamazula de Gordiano, Jalisco. tecalitlense de 2º generación pues su abuelo llego a asentarse a la población a principios de 1800.



En el año de 1910 fue enviado a la ciudad de México para continuar sus estudios, siendo este su primer viaje fuera de la región. Lo inscribieron en el Colegio Williams, de gran tradición y ahí curso la carrera de Taquígrafo Secretario en inglés y español y tenedor de libros en un tiempo de 2 años 4 meses, siendo que la carrera era de 4 años. Regreso a la población y se dedicó a buscar trabajo en México y Guadalajara y al no encontrarlo, decidió irse a Estados Unidos a los 17 años de edad. Se embarcó en el puerto de Tampico en el paquebote “LA ESPERANZA” hacia la Habana y de ahí a Nueva York. Pronto consiguió trabajo en la compañía de Sweder & Co. Donde fue escalando posiciones hasta llegar a jefe del Departamento de compras, un gran logro para un muchacho de su edad. Tres años después y preocupado porque su hermano Ángel que también estaba con él, había decidido enrolarse en la armada, lo invita a que mejor se regresara a México.

Ahí se queda hasta 1927, ayudándole a su padre a cobrar cuentas pendientes del negocio que tenía la familia y que era una tienda, esta labor la hacía a caballo recorriendo todas las rancherías de los alrededores y hasta Michoacán. Pero viendo que no era mucho lo que podía hacer ahí, regresa a Nueva York nuevamente a trabajar y esta vez se queda 4 años hasta 1931, en que recibe un telegrama de su madre informándole de la gravedad de su padre. Regresa inmediatamente y el 31 de diciembre de ese año fallece Don Juan, por lo que ahora se tiene que hacer cargo de lleno de todos los negocios familiares y de pagar la gran cantidad de deudas que había acumuladas.

A partir de esa fecha, ya se queda en Tecalitlán, compra a sus hermanos lo que cada una había heredado y se dedica a la agricultura, la ganadería y al comercio, como distribuidor de alcohol y azúcar. El lleva uno de los tres primeros carros que llegan al pueblo, pues en aquel entonces la única comunicación que se tenía con Guadalajara y Manzanillo era el tren, que pasaba por la población de Tuxpan, a donde se tenía que ir en un “CARROMOTO” propiedad de don José Ma. Iglesias y en una “CHISPA” que era del Sr. Nicolás Ramírez.

Posteriormente el transporte era en el camión de Don Amador de la Mora que en tiempo de “SECAS” salía de Tecalitlán, vedeaba el río San Rafael atravesaba por las playas de la laguna de Sayula y si bien les iba, llegaban a Guadalajara al anochecer. En tiempo de “AGUAS” la cosa era diferente, pues se salía de Tecalitlán muy temprano en una troca con bancas de madera y al llegar al río San Rafael se atravesaba este en una panga y ya luego se subía al camión.

En abril de 1943 conoce a la Señorita Olga Razura Muñoz en el tren y a los pocos meses ya la estaba pidiendo en matrimonio y contra todos los pronósticos que dudaban que esto se diera (hubo personas que inclusive apostaron que no se casarían, Julio el Bello), el 27 de octubre de ese mismo año contrae nupcias con ella. Procrearon cuatro hijos: Matilde, Julio, Susana y Juan José e inclusive alcanza a conocer a sus nueve nietos.

Don Julio, como era conocido por todo el pueblo (hasta los perros lo conocían, decía el), era muy afecto a las reuniones al medio día, de señores, rociadas con ponche de granada y sus “CALMANTES” servidos en un pedazo de papel de estraza, con su limón y salsa picante. Primero eran en la tienda de Don Pedro Guardado, después con “CHILANO” Molina y por último en el “CASINO TECALITLAN”, con Rigoberto Arellano.

Siempre estaba dispuesto a la plática o al consejo, cuando así le era solicitado, parado en el portal de su casa (lugar en donde hoy es el parían) o sentado en las tardes en su equipal. Le gustaba mucho hacer remembranzas: que si cuando trompeo al rey de los chicos en el colegio Williams, porque se burlo de su manera de hablar, que si cuando se oían los cañonazos en la decena trágica, que si cuando fue a ver la erupción del Paricutn, que si cuando estaba presenciando la batalla en el cerro de Tuxpan y fueron sorprendidos por tropas federales que los hicieron correr “COMO GAMOS” que si el revolucionario apodado “EL CHIVO” encantado, que si cuando escondió a su amigo Bruno Martínez en el chacuaco de la fábrica de piloncillo, pues lo andaban buscando para matarlo, que si cuando el temblor que sepulto a la mula del Sr. Ignacio Magaña de Jilotlán de los Dolores que esta amarrada en un pilar del portal de su casa, etc. Tema de conversación había muchas para el.

El amor por el terruño le fue inculcado, probablemente, por su abuelo y su padre que fueron presidentes municipales y aunque el nunca participo directamente en la administración pública, siempre tuvo la preocupación y la ocupación en el beneficio de su pueblo.

Durante la presidencia del C. Manuel Ávila Camacho, estaba el proyecto de la construcción de la carretera de Guadalajara a Manzanillo y que originalmente no pasaría por Tecalitlán sino por Tuxpan. Al saber esto Don Julio, inmediatamente se aboco a solicitar que esta pasara por su pueblo, argumentado, con toda justicia, que Tuxpan ya estaba comunicado, por el tren. Esto implico mandar una cantidad innumerable de cartas, tanto al presidente de la Republica, al Secretario de Comunicaciones, al Gobernador, etc.

En una ocasión que el Presidente Manuel Ávila Camacho iba a estar en Huichapan, Hidalgo organizo una comisión de vecinos de la población para ir a entrevistarse con él y pensando en la manera que se les podrían facilitar las cosas pues no tenía cita, invito a Silvestre Vargas y su mariachi que vivían ya en la Ciudad de México a que se les unieran y al llegar y sabiendo que se encontraba la señora Soledad Orozco de Ávila Camacho, oriundo de Jalisco, llegaron tocando ojos tapatíos y Guadalajara, y así fue como pudieron acercarse al Presidente y aprovechar para tratarse su asunto y él estuvo de acuerdo en apoyarlos y se cambió la ruta de la carretera.

En la población no había escuela secundaria, por lo que los niños al terminar la primaria, tenía que abandonar sus estudios y dedicarse al campo o ir a otro lugar a proseguirlos, lo cual, para la mayoría, era muy difícil. Por estas fechas se había fundado en la población el Club de Leones; siendo el de los socios fundadores, propuso entonces que un terreno que era de su propiedad, a las orillas del pueblo y de una extensión considerable, se donara a efecto de construir la secundaria. El dono la mitad de terreno y la otra mitad fue comprada y donada por el Club. Así se hizo y gracias a su iniciativa y desprendimiento. La población escolar tuvo la oportunidad de poder continuar sus estudios aquí mismos.

Con su incansable deseo de ver por su pueblo, enseguida puso los ojos en la construcción de la carretera que uniera a Tecalitlán con Jilotlán; parte de su Municipio, con Tepalcatepec, Michoacán. Esto él consideraba que redundaría en beneficio para todos pues así se tendría un acceso más directo a esa región altamente productiva, con Guadalajara, sin tener que dar el rodeo que se daba para llevar sus productos agrícolas y a la vez seria paso obligado por Tecalitlán y esto representaría una derrama económica para el pueblo. Esto le implico, nuevamente un buen número de horas de trabajo y dedicación que implicaba el estar mandando cartas y entrevistándose, con el presidente y con cuanto personaje fuera necesario.

En una ocasión en que el presidente Adolfo López Mateos andaba de gira por la región, en el  camión presidencial y al no estar programando detenerse en la población, pasaría saludaría desde el camión a las vallas y continuaría, entonces Don Julio ideó que se organizara una comitiva con las muchachas más atractivas de la población y se colocaran a la entrada del pueblo, esto hizo que el camión se detuviera y entonces invitaron al presidente a descender y hacer el recorrido a pie Con ellas y así se hizo.

Esto dio la oportunidad de Don Julio, de que en el trayecto le trataran varios asuntos relacionados con obras para la población. En aquel tiempo era Gobernador de Jalisco el Profr. Juan Gil Preciado, el cual al ver a Don Julio comento en voz alta “YA SUEÑO A ESTE SEÑOR DE LAS ANTIPARRAS (LENTES)” luego añadió, “OJALÁ TODOS LOS PUEBLOS TUVIERAN UNO COMO EL”.

A don Julio le costó mucho trabajo tener que desprenderse de su terruño, pero por motivos de salud, el tomo la decisión de vender su casa, a quien él quiso e irse a vivir a Guadalajara, lo cual hizo en el año de 1980.

El 16 de marzo de 1986 murió tranquilamente en su casa de Guadalajara y sin realmente haber estado enfermo de gravedad. Su último deseo había sido que lo sepultaran en la propiedad de la familia en su Tecalitlán. Así se hizo y su familia fue acompañada por muchas personas que, al enterarse del fallecimiento de Don Julio, estuvieron con él, acompañándolo a recorrer su última jornada. Se ofició una misa de cuerpo presente en la parroquia y había gente de la población, como de Guadalajara de Colima y en general de toda la Región.

En Tecalitlán han sido varias las personas que han participado en forma destacada en el desarrollo social y económico, es digno destacar la actividad y presencia de quienes con su esfuerzo, trabajo y talento colaboraron a la prosperidad de este hermoso valle, siendo precisamente Don Julio de la Mora Jazo uno de ellos.


*Cronista Municipal de Tecalitlán, Fuente Informativa: Familia De la Mora Razura.

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