jueves, 31 de enero de 2019

En busca de la felicidad: Capítulo 1. Lo físico







Samuel Gómez Patiño


El PREVEIMSS (programa de prevención del Instituto Mexicano del Seguro Social) me parece una idea excelente del gobierno. Gastamos dinero exageradamente construyendo hospitales (que algunas veces solo son un elefante blanco) y contratando médicos, enfermeros y personal especializado para tratar las enfermedades cuando lo mejor es tratar de prevenirlas con programas como el mencionado, el cambio cultural del mexicano de cuidar nuestra salud con anticipación y no cuando nos enfermamos.

            Hace un par de años, de acuerdo al programa del seguro me enviaron con una nutrióloga, una profesional de la nutrición y aunque con mis dudas acudí a las pláticas. En ellas me di cuenta de los malos hábitos alimenticios que tengo, no solo por lo que como sino por los horarios de mis comidas y los excesos en los platillos.
            Recuerdo que me pregunto que si tomaba Coca Cola y muy seguro de mi le dije que no. Este refresco en particular siempre ha sido acusado de que nos causa múltiples problemas de salud y, en realidad solo tomo Pepsi, pero no me lo pregunto y, nunca he escuchado señalamientos contra ella.

            Espero que tengas a la mano tu hoja donde anotaste que hacer para lograr el bienestar espiritual. ¿Cuáles son tus metas a lograr? ¿Qué esperas que llene a tu persona que satisfaga tu ser? En mi hoja anotaría primero, lo que vengo dejando para después cada año, escribir un libro. Tengo los títulos, que en principio ya es ganancia: “La vida inútil pero divertida de Samuel Gómez”, “El tonto del semáforo” y “La felicidad a pesar de trabajar”. Para lograr este último me tengo que proponer iniciar la investigación sobre la felicidad en el trabajo; de esta última he avanzado en la investigación literaria con la cual he presentado varias ponencias, pero para este año la meta es iniciarla con información de campo.

            En el día tenemos 24 horas, ni un minuto más ni un minuto menos. De hecho, considero lo más justo en la vida, nadie tiene más tiempo al día. El problema radica como lo administramos. Para mantener una salud física y mental requerimos, por ejemplo, de dormir de 6 a 8 horas diarias, comer adecuadamente una tres veces al día poniendo énfasis al desayuno (algunos nos comentan que deben ser 5 veces). Además, debemos trabajar, y por lo general estamos de 8 a 9 horas en el trabajo y si consideramos que gastamos un par de horas en traslados casa-trabajo, nos llevó 11 horas del día nuestras actividades económicas.

            Toma tu lápiz y calcula el tiempo: trabajo 11 horas + descanso 8 + horas de comida 4 = 23 horas, nos sobra una para esparcimiento. ¿Cómo distribuimos el tiempo para que nos alcance? Dormimos de 5 a 6 horas y ahorro 2 y recurro a las comidas rápidas otras 2, ahora puedo gastar 4 más. El tipo de sociedad que conocemos nos ha llevado a gastar el tiempo; no nos alcanza para comer bien y en familia, para tener un sueño reparador, para prepararme mejor en mi trabajo y mi vida personal, en fin, ojalá pudiera pedirte 15 minutos prestados hoy y mañana devolvértelos con intereses, digamos 10 agregados a tu vida.

            Este segundo bienestar se refiere a cuidar nuestra salud física y mental; no se trata necesariamente de hacer deporte extremo (que a mi edad, hasta brincar la cuerda ya es extremo), sino de olvidar el sedentarismo, ejercitarnos, caminar, practicar deportes individuales o en equipo, hacer uso de nuestra membresía del gimnasio, etc., vaya hazte a la idea y deja el Facebook y la televisión, actívate aunque sea en disfrutar una caminata en el estacionamiento (deja el carro lejos), alrededor de tu colonia con los amigos, antes de llegar al trabajo o la escuela, en lo que puedas.

            Muchas personas gastan mucho de su presupuesto en comidas preparadas o fuera de su casa, abusamos de algunas comidas y bebidas y nos empezamos a preocupar cuando tenemos que aumentar las tallas de nuestra vestimenta, como su servidor que este semestre regreso más pesado a trabajar o, simplemente cuando tenemos más citas médicas que románticas. La alimentación es básica para nuestra salud, nuestro desarrollo y recuperación de la energía utilizada, no solo de forma física sino también mental, sin embargo entre el sueño y la forma de comer desperdiciamos no solo dinero sino también salud y tiempo. No lo gastes, invierte cada minuto.

            Entre otras cosas, cada vez consumo menos refrescos, harinas o tortillas, no me estoy privando de ellas pero estoy disminuyendo o controlando lo que consumo. Un problema es desayunar temprano (durante muchos años no desayunaba), comer bien entre 1 y 2 de la tarde, y tratar de no estar cenando hasta las 10 de la noche, ya que dejar un periodo tan largo entre comidas te lleva a devorar lo que te sirven y más. Levantarme a correr, hacer ejercicio temprano antes de irme a trabajar y añadir caminar más durante el día, utilizar mi bicicleta estacionaria (quitar la ropa que le cuelgo) y seguir practicando el softbol como deporte (con probabilidad regrese a las competencias de carreras), serán los propósitos del 2019.

            Y para iniciar mejor mis procesos, también voy a procurar dormir adecuadamente. Buenas noches.

La próxima semana: “En búsqueda de la felicidad: capítulo 2. Lo intelectual”

            Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Director del Área 1 de los Toastmasters y
Presidente del Club Ejecutivo de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California

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