domingo, 17 de octubre de 2021

Cultura para la paz social


 


Rafael Rodríguez

 

La cultura es la herramienta ideal para combatir la desigualdad social, aquella que genera discriminación, exclusión, corrupción, violencia y un sin número de males sociales que acarrean desestabilidad social, por lo que hablar sobre el combate a la desigualdad es hablar de cultura, entendiendo que la cultura son un conjunto de valores, costumbres, creencias y prácticas que constituyen la forma de vida de un grupo específico, la identidad de una sociedad se rige por la cultura, por lo que es de suma importancia invertir en ello.



 En la mayoría de los casos, el concepto tradicional de cultura o la primera imagen que proyectamos en nuestra mente es ver personas con trajes típicos de sus pueblos, sin embargo, no es la conceptualización ideal porque estaría muy limitado, por el contrario, la cultura es nuestra identidad, es nuestra forma de pensar, es nuestras costumbres, son nuestra forma de convivir con nuestros semejantes, por lo que cultura, es un concepto muy amplio.


En estos días de pandemia, los productos y/o actividades culturales han sido ese salvavidas que nos ha permitido no volvernos locos o al menos nos han hecho más leve al transitar, sin embargo, la cultura sigue sin ser esencial para los gobiernos, se ve como gasto, no como inversión. Invertir en cultura es invertir en progreso, en un cambio sustancial de conciencia social más positiva, donde las ideas se conjugan y los criterios se toleran, donde la violencia se erradica fomentando los valores, rescatando los tejidos sociales, formando hombres y mujeres con decisión de cambio, sembrando esperanza y tolerancia.



La cultura ha ganado más batallas que cualquiera, puesto que despierta conciencias, identifica la miseria y genera estabilidad, fomenta el progreso y combate la violencia como nadie, pues es desde la difusión de los valores como empieza a permear en la sociedad y se convierte en un agente de cambio. Estos tiempos violentos que vive nuestro país exige una clara decisión, invertir en cultura para erradicar la violencia, se necesita definir una ruta que encamine la identidad de los jóvenes, donde se normalice el respeto, la tolerancia, la honestidad y las buenas prácticas, donde los jóvenes encuentren empatía con su entorno, donde la diversidad de opiniones sea un punto de encuentro, de fraternidad y no de choque.


Es responsabilidad de todos la práctica de los valores, pues solo así podemos cambiar nuestra realidad, es momento de alzar las voces calladas por la violencia, es hora de reunirnos a rescatar nuestra identidad a través de la música, a reunirnos en festivales de danzas tradicionales, a rendir culto a nuestras creencias, a fomentar la inclusión, a dejar a un lado los estatus sociales que solo abren la brecha de discriminación con nuestros semejantes, es tiempo de formar una sociedad consiente de la problemática y desidia a realizar un cambio desde nuestras familias.


Finalizó con la frase de Mercedes Sosa, “La cultura es lo único que puede salvar un pueblo, lo único, porque la cultura permite ver la miseria y combatirla. La cultura permite distinguir lo que hay que cambiar y lo que se debe dejar, como la bondad de la gente, el compartir una empanada, un vino...”.      




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