lunes, 8 de abril de 2019

Violentas reacciones








Un momento por favor           

J. Jesús Juárez Martín




El Presidente Andrés Manuel López Obrador hace algunos días solicitó  por carta al Rey de España y al Papa Francisco, que pidan perdón por la conquista del siglo XVI e implícitamente por  el dominio de casi tres siglos de lo que llamamos La Colonia.

España rechazó "con toda firmeza" la carta de AMLO solicitando al rey que pida disculpas por los crímenes de la Conquista y es que la Historia la escriben los vencedores y el subjetivismo que los autores no relatan las cosas como sucedieron, la comunicación humana es por medio de palabra, las palabras son signos que representan una realidad y cada escritura, es una versión diferente de los hechos, hay tantas versiones históricas como personas que opinemos o tantas personas que pretendemos ubicarnos en realidades históricas.

Siempre se ha enunciado que la conquista española fue violenta, que hubo a la vez conquista y evangelización, en esencia con diversos objetivos. La primera el sometimiento que se hizo con violencia resistencia de los pueblos, con las alianzas y apoyos de pueblos vencidos contra los pueblos dominadores como sucedió entre los tlaxcaltecas y mexicas, los primeros, fueron el brazo fuerte de la conquista de Tenochtitlán.

Los centenares de pueblos que aún tienen identidad por sus más de sesenta lenguas indígenas y que sufrieron el despojo, la vejación de sus mujeres, la destrucción de sus adoratorios y derrumbamiento de sus “dioses”; la población de los naturales decreció hasta en un ochenta por ciento y no fue por paraíso prometido de los conquistadores y evangelizadores.

Los dos grupos, conquistadores y evangelizadores, tenían objetivos diferentes, formas opuestas de lograr sus objetivos, siempre hubo acusaciones, denuncias, enfrentamiento ante la corona española. “Las Leyes de Indias” nunca dieron protección real a los indígenas...  se discutía si de verdad eran humanos, que si la redención mística de Cristo también fue para ellos...

Los errores de criterios colectivos de la vida, está demostrado están en un pensamiento colectivo que imprime su violenta verdad a los ejercicios del poder. Sin embargo, hay abismales conductas contradictorias en el trato a los naturales, los de violencia, sometimiento total por parte de los españoles, como el trato humano y hasta pretendiendo rescatar con humanidad a los grupos indígenas del odio racista. La religión cristiana tuvo desaciertos, sin embargo logró ser aceptada en libertad por los pueblos al correr de los años a tal grado que a muchos misioneros se les consideraba como padres, los “Tatas de Michoacán” por su labor social, por la organización de lo que llamaron hospitales, pueblos de naturales con un oficio común por ejemplo el trabajo de la madera, del cobre, de la agricultura con la rectoría de los frailes, rindieron sus frutos, no en el grado óptimo, pero sí  de relativa dignidad ante muchos aberrantes situaciones coloniales.

La petición de perdón provocó una oleada de críticas pero también el respaldo de muchos que esperan una disculpa de España y del Vaticano, que da ocasión de releer la historia, ojalá se haga con apertura porque los errores humanos son una cadena que no necesariamente nos hace mejores pueblos o vivir en armonía.

Históricamente se haba de la “Leyenda negra” que mal se defiende con sentencias hechas que los errores no son de España sino del tiempo. ¡No! Los errores son de los humanos y ellos, nosotros, debemos luchar por corregirlos según nuestro alcance social, el padre de familia inculcando valores de convivencia, los docentes, los políticos, los religiosos, que busquen sendas de acercamiento y fórmulas de entendimiento humano y superar diferencias históricas y actuales tan enconadas, como equidad, migración, seguridad.

Las disculpas, se han dado a través del tiempo con palabras y acciones, todavía recuerdo los besos a la tierra mexicana de Papa Juan Pablo cuando llegaba a nuestra patria.  La Universidad de Salamanca, tiene en su escudo la efigie de Bartolomé de las Casas como apoyo a su doctrina social y trabajo por las comunidades michoacanas.  Lázaro Cárdenas, perdonó a los españoles que acogió en su tiempo por sus conflictos de su guerra civil fraterna, ellos se integraron con naturalidad a la vida cultural y social del México de los años treinta, cuarenta...

¿Cambiaría algo una disculpa pública, cuando cumplimos dos siglos de independencia y el rumbo de fraternidad, igualdad y libertad, son bandera de enconadas luchas? Lo inadmisible es que no se luche por esos valores universales, insertos en los corazones de buena voluntad.

Sí agradaría hubiera gestos de acercamiento fraternales sinceros, que llevaran implícitos el reconocimiento de errores dolorosos, pero que el mestizaje es la esencia del pueblo mexicano y herencia asimilada de aciertos y errores históricos que nosotros solo recibimos como legado. Ah, y si no hay disculpa, tampoco es motivo de encono.


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