miércoles, 31 de octubre de 2018

El hombre más rico de Babilonia






Samuel Gómez Patiño


En esta ocasión te platico del libro de George S. Clason, “El hombre más rico de Babilonia”, editado de manera original en los años 80’s pero que hasta nuestros días siguen vigentes sus consejos.
            Ambientado en la época de Babilonia, el autor nos trae esta historia cuyo fin principal es hacer una reflexión sobre la riqueza y no solo la manera de obtenerla sino de cuidarla.

            “La riqueza, como el árbol, nace de una semilla. La primera moneda que ahorres será la semilla que hará crecer tu riqueza”; igual que todo lo que tenemos, se inicia con un peso y cuando aprendemos a cuidar lo que obtenemos lo hacemos crecer. Será como el ganadero que compro su primera vaca y ahora tiene toda una hacienda que surte de carne y leche al pueblo.

            Supongo que alguna vez habrás querido comprar algo con mucho interés, te esforzaste para obtener los recursos guardando parte de tus ingresos hasta juntar lo necesario para adquirirlo, como tu primer celular, ¿Cuándo tiempo te llevo? Esto dependió de lo que fuiste capaz de ahorrar.

            “Primero aprendes a vivir con menos de lo que ganabas”, les comentaba a mis alumnos que antes de obtener un aumento de sueldo deberíamos aprender a gastar adecuadamente, de otra manera no hay sueldo que alcance. La pobreza no se mide de acuerdo a lo que me falta sino a lo que deseo tener, por ejemplo, para que quiero dos automóviles si solo puedo manejar uno al mismo tiempo, pero lo justifico con que uno es para el trabajo y el otro para salir de vacaciones. Así lo seguimos practicando, con varios pares de zapatos, gastando en restaurantes, etc., en fin, en actividades no necesarias.

            “Debemos aprender a pedir consejo a hombres que sean competentes gracias a la experiencia adquirida y que lo quieran compartir con nosotros”, tanto como Robert T. Kiyosaki en su libro “Padre Rico, Padre Pobre” y como Sofía Macías en “Pequeño Cerdo Capitalista” nos muestran su preocupación de una falta de educación financiera personal, y comentan que esta debiera de darse desde la primaria y, por lo tanto ya mayores buscamos en algunos casos ayuda de los asesores financieros para resolver nuestras cuestiones de dinero. Esto no es malo, pero aprendamos a reconocer a los expertos que estén dispuestos de enseñarnos como le hicieron ellos, los competentes en la materia.

            “Cuando empecé a gastar solo las nueve décimas partes de lo que ganaba me arregle igual de bien que cuando lo gastaba todo”, cuando deje de pagar mi automóvil Jetta, que compre de agencia uno de los primeros pensamientos fue que me sobraría dinero y por lo tanto lo podía disponer en otros gastos. Esto fue un error, ya que el sobrante lo pude haber ahorrado en virtud de que dejaba de disponer un dinero mensual a su pago, por eso es importante que analicemos mejor nuestros ingresos y egresos, y entonces dediquemos una parte al ahorro, estrategia que nos debe ayudar a hacer crecer nuestra riqueza.

            “Los deseos son muchos, pero los que pueden ser satisfechos, pocos”, debemos reconocer nuestra realidad económica, por ejemplo me gustaría realizar un viaje a Europa, lo cual es válido en función de conocer otras culturas, enriquecer mis conocimientos y conocer a otras personas, pero mi realidad es que no tengo el disponible actualmente para viajar. Será mejor planearlo por adelantado de tal manera que pueda cumplir este deseo una vez que arregle mis problemas económicos actuales.
            “El plan prevé que pague mis deudas con lo que gane”, a veces los financieros nos comentan que endeudarnos es como “tapar un hoyo destapando otro”, nada más cierto que ello, a mis alumnos les comento que no es malo deber dinero, lo malo es no pagarlo que trae como consecuencias falta de liquidez y costos de deuda que ponen en riesgo nuestro patrimonio (y en ocasiones el de nuestra familia).

            “Presupuestad los gastos de modo que siempre tengáis dinero para pagar los que son inevitables, vuestras distracciones y para satisfacer los deseos aceptables sin gastar menos de nueve décimas de vuestros ingresos”, la mayoría de las personas no realizan un presupuesto con sus ingresos y egresos. Una forma de conocer a futuro cuando dinero tendremos es proyectar nuestros ingresos (semanal, mensual, etc.) de tal manera que tengas una perspectiva de la disponibilidad de efectivo personal o de la empresa. Así mismo, debemos registrar las salidas de los dineros para distribuirlos adecuadamente de acuerdo a su vencimiento, para pagar nuestras obligaciones.

            Es importante que cuidemos el dinero y entendamos que primero debemos de tener cubiertas todas aquellas obligaciones necesarias para vivir o trabajar, en lo personal como comer, tener un techo para vivir, el transporte, etc., y dentro de las empresas, cubrir sus nóminas, gastos operacionales como la renta, los cargos de energía, agua, etc.
            La riqueza no e
s la acumulación de dinero, sino el mantener sanas nuestras finanzas, no gastar más de lo que obtienes e invertir adecuadamente estos ahorros ayudaran a que tengas en lo personal un ahorro para tu vejez, y en el caso de las empresas una prosperidad para sus propietarios y los involucrados con el negocio: empleados, proveedores y la sociedad en general.

La próxima semana: A eliminar los pañales desechables.

            Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Director del Área 1 de los Toastmasters y
Presidente del Club Ejecutivo de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California

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