miércoles, 25 de septiembre de 2019

Bien por ellos. Mal por ellos






Víctor Hugo Prado Vázquez*



Recientemente estuve en el evento mediante el cual egresados de licenciatura de las instituciones de educación superior recibieron el premio Al desempeño de excelencia que otorga el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval). Los resultados se obtienen de la aplicación del conocido Examen general de egreso de licenciatura (EGEL), los reconocidos fueron 1,826 egresados que provenían de 97 instituciones de educación superior distribuidas a lo largo y ancho del país.

Quienes recibieron el premio apenas representan menos del 2 % de los evaluados. Por tanto, ellos son la más pura expresión de la calidad educativa que tiene como base los procesos de evaluación. Evaluar es medir, las mediciones permiten conocer y el conocimiento da pauta para la toma de decisiones de mejora. Ese es el propósito de la evaluación. Su fin es la mejora y mejor si es continua.

En tanto se otorgaba el premio referido se discutían en la Cámara de Diputados las Leyes Reglamentarias del Artículo Tercero Constitucional, a saber: la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, la Ley de Mejora Continua de la Educación y la Ley General de Educación.

De lo aprobado en la Cámara de diputados se deduce que habrá un daño irreversible a las generaciones que pudieron abrigar la ilusión de triunfar en la vida gracias a su preparación; que las evaluaciones al magisterio no obligarán a nada, pues solo serán de “carácter diagnóstico”; que el Estado queda fuera de la rectoría de la administración de las plazas entregándolas a los grupos de poder que históricamente han cooptado al magisterio.  Además, que, se basificarán a maestros y maestras solo por el simple hecho de tener seis meses de antigüedad en la plaza y no por méritos académicos. Lo aprobado va a permitir que los egresados de las escuelas normales no se sometan a examen alguno para alcanzar una plaza, estableciendo el nada prestigioso pase automático.

Quienes recibieron el premio a la excelencia del CENEVAL son el presente y futuro de México y por su nivel educativo y aprovechamiento privilegiado, sin duda harán contribuciones para que la democracia, la cultura, la política, la economía, el medio ambiente, los derechos humanos y en general el bienestar social sean mejores que los que ahora poseemos, bien por ellos.

En la Cámara de Diputados se hizo valer la mayoría para construir una historia que ha iniciado con el desmantelamiento de órganos e instituciones que le daban certidumbre al rumbo educativo. No se ve cómo se apuntalará la calidad educativa, porque no están dispuestos a evaluar ni a profesores ni a instituciones. Mal por ellos. Con su decisión perdemos todos, en especial las niñas, los niños y los adolescentes que tienen el derecho a recibir educación de calidad.

*Director de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Jalisco. 




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