lunes, 6 de julio de 2020

Juan Antonio Montenegro: el padre de la patria olvidado por la historia









Alan Arenas



Uno de los personajes olvidados por la historia oficial de México es el sayulense Juan Antonio Montenegro y Arias que fu de los primeros ideólogos insurgentes que promovió la independencia de la Nueva  España de la Corona española antes que lo hiciera Miguel Hidalgo.

            Juan Antonio de Montenegro nació el 26 de abril de 1769 en la ciudad de Sayula, Nueva Galicia - hoy ubicada al sur del estado de Jalisco-. En la casa marcada con el número cuatro del portal de la Sangre de Cristo. Sus estudios académicos los hizo en su pueblo natal. En 1782 se trasladó a Guadalajara para estudiar latín, el Curso de Artes y Teología en el Seminario Conciliar de San José, beneficiado con una beca que le otorgó el obispo fray Antonio Alcalde.

            Estudió en el Seminario de Guadalajara; luego pasó a la capital del virreinato, para matricularse en el Colegio de San Ildefonso, donde estudió Derecho Canónico, y en la Real y Pontificia Universidad de México, de la que obtuvo la licenciatura en Teología. De nuevo en Guadalajara incorporó su grado académico a la novel Real Universidad (hoy la Universidad de Guadalajara), y se doctoró en 1794.

            Un año antes de su titulación como doctorado, a sus 24 años de edad, el 28 de septiembre de 1793 en su habitación en Sayula fue el primero en levantar la voz a favor de la independencia de México, esta manifestación la hizo frente ante Manuel Velasco y algunos compañeros de estudio, Montenegro expuso los detalles de una conspiración para independizar a la Nueva España del dominio real, cuyo plan consistía en.:



“establecer una república libre, dividida en doce provincias, un congreso o asamblea compuestos de un diputado por cada una de ellas [...]; los cargos habrían de ser temporales y elegibles [...]

 Las razones que justifican la independencia eran, según Montenegro, que los reyes carecían de título justo para poseer esta tierra que:

 “habían tomado por la fuerza”. “Los vasallos sólo están obligados a guardar fidelidad a los reyes, cuando estos consultan a su bien, pero que los de España sólo habían sido unos tiranos de la América, poniéndoles unas alcabalas y contribuciones cuantiosas, y extrayéndoles crecidos cabales”.

Para él y con Francisco Primo de Verdad y Ramos, influidos por la ideología  Juan Jacobo Rousseau manifestaron la necesidad de independizarse  de la Nueva España, por lo cual debería de abolirse la monarquía.  Tal cual había sucedido en Francia.

            Al hacerse pública  su manifiesto   de Montenegro fue acusado  por Manuel Velasco ante el Tribunal del Santo Oficio. Montenegro será aprehendido y sometido a juicio junto con otros compañeros que apoyaban a Montenegro.

            Gracias lucido discurso para su defensa y a haberse retractado de sus ideas se le condenará a una pena menor de un año de prisión que cumplirá recluido en el Convento de la Santa Cruz de Santiago de Querétaro. Después será desterrado por diez años de la ciudad de México.

            En diciembre de 1801 el obispo Juan Ruiz de Cabañas lo ordenó sacerdote, y en 1802 lo nombró capellán del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Talpa.

            Al ser penitenciado del Santo Oficio vio truncada su carrera académica, y durante los acontecimientos de la independencia, hasta donde se sabe, se mantuvo al margen de los mismos.

            Una vez consumada la independencia se manifestó a favor del sistema republicano y se opuso al Imperio de Agustín I. A finales de 1823 figuró en la lista de diputados por Guadalajara al Congreso Nacional Constituyente. Aunque sólo participó del 30 de octubre al 4 de noviembre, y aquejado por una grave enfermedad, se retiró de las sesiones del Congreso.

            Se tiene registrado que el 9 de abril de 1833 falleció muy probablemente como víctima del cólera morbus. Sin embargo, el historiador Federico Murguía en su libro “Próceres y personajes ilustres de Sayula” declara tener un documento firmado por Montenegro el 7 de junio de 1835, siendo la fecha en que el Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Guadalajara le concedió el disfrute de una capellanía, instituida en el Templo de la Tercera Orden de su pueblo natal, y   agrega el citado autor que, para el 17 de marzo de 1837, ya había fallecido.

            Se cree que el haber borrado el nombre de Juan Antonio Montenegro de la historia tuvo que ver con la censura de su época y la fuerte censura que ejercía sobre ellos el Tribunal de la Inquisición.

            Lo que es cierto que Montenegro fue el iniciador de las pautas ideológicas de la independencia de México y que dicha pautas fue retomada años después por Miguel Hidalgo.


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