miércoles, 22 de julio de 2020

El juego y su magia en la educación. Pre-escolar 1








Sandra Gómez


Estimado lector hablaremos del JUEGO, aquello que hemos olvidado en la crianza de los niños del siglo XXI, y en una próxima entrega (No.2) hablaremos del juego como estrategia didáctica en la formación de la personalidad de un niño a través del entrenamiento de habilidades que le permitan socializar.

  La niñez es una etapa en donde la crianza “juega” un papel muy importante en el desarrollo de la corteza pre-frontal de los futuros adolescentes. De acuerdo con el Diccionario de las Ciencias de la Educación, (Del lat. iocus, diversión, broma.) “actividad lúdica que comporta un fin en sí misma, con independencia de que en ocasiones se realice por un motivo extrínseco”. 

Dentro del área de la psicología, que estudia la conducta y de la pedagogía que ofrece la oportunidad de ensayar la realidad, nos hablan sobre las causas y finalidades del ejercicio lúdico. Algunas de las explicaciones que usaremos son las de Karl Gross (1986) quien al hablar del juego dice: “el juego es un pre-ejercicio. El niño, a través de él, perfecciona ciertas habilidades que le serán útiles en el futuro”; mientras que para Jean Piaget menciona que el juego es principalmente asimilación de lo real al yo”.

  Y bueno; ¿para que nos sirve esto y porque lo llamo magia?, permítame responder con algunos ejemplos que ampliaremos en la próxima entrega.  Piaget, distingue entre tres principales funciones del juego en las primeras etapas del niño. 1) juego sensomotor que se da desde el nacimiento hasta sus primeros dos años. En esta etapa además de obtener placer al realizar los ejercicios de la mano de su cuidador, el bebé a través de repeticiones se les conducen a reacciones circulares, esto se traduce como ejercicios de motricidad gruesa. 2) El juego simbólico (aproximadamente de 2-6 años), cuya función principal es la asimilación de lo real y del yo. Es en esta etapa cuando los aprendizajes más significativos tienen lugar a través del juego. 3) Los juegos reglados (a partir de los 6 años) en ellos se combina la espontaneidad del juego con el cumplimiento de normas que regulan la actividad; por ejemplo, juegos con canicas, fichas o balones.




  La función diagnostica del juego es importante tanto para los cuidadores, como para los especialistas. Al niño le resulta difícil expresar verbal y ordenadamente los conflictos y sentimientos que le invaden. A través del juego podemos observar su conducta; en otras palabras, a través de la práctica de las actividades, el niño expresa de un modo simbólico las tensiones y deseos que no pueden expresar libremente en la realidad, y mediante la interpretación de su modo de jugar es posible hacer un diagnóstico de su situación (DCE, 2002; pp. 824-825).

  Olvidemos por un momento la función diagnostica, ahora nos enfocaremos a la oportunidad que se nos otorga a través de la crianza de los niños. TODOS somos educadores, los niños nos imitan constantemente, de ahí que en consulta siempre tengo presentes a los padres.

  En mis investigaciones puedo observar como los niños son el reflejo de sus cuidadores y afortunadamente para algunos niños esto es para “bien”.  Algunos adultos se perdieron una parte de su infancia y de alguna forma la “recuperan” a través de la crianza.

  Sabemos que el ser humano juega por instinto, esta misma conducta la podemos ver en algunos animales que tenemos en casa como gatos y perros.  Se sabe por algunos estudios científicos que jugar libremente mejora la inteligencia, la salud y la sociabilidad. Al juego se le puede considerar como un programa de aprendizaje evolutivo que se trasmite de generación en generación dentro de los límites de la cultura en la que se ponga en práctica.

  En lo personal como investigadora, me preocupa que los niños cada vez “juegan menos de manera libre”, lo que incluye las actividades en espacios abiertos.  Hablemos por ejemplo de los juegos electrónicos presentados en etapas tempranas, terminan sobre estimulando sensorialmente al infante sin dejar alguna enseñanza.

  No se tienen suficientes estudios clínicos en niños sobre la multi-estimulación visual/auditiva. Lo que si podemos ver entre los niños en pre-escolar es que a muchos de ellos les cuesta poner atención en clase, les cuesta mucho seguir reglas y esperar turno. Todo esto es “entrenamiento” y se realiza a través del juego.  Desde hace algunos años atrás, la niñera es la televisión, y si bien los programas pueden ser educativos, en la mayoría de las ocasiones los contenidos dejan mucho que desear en torno a los valores de respeto, tolerancia, equidad de género, solidaridad. Algunos contenidos de videos que se etiquetan como tal, no cumplen con los criterios educativos mínimos, y/o son usados de manera errónea. 

  Los padres quienes coartan la libertad de sus hijos con sobreprotección, limitan la evolución natural de la corteza pre-frontal de ese Ser Humano. El juego de riesgo, como la velocidad al correr o andar en bicicleta, el uso de herramientas como martillo y serrucho para hacer “la casita”, trepar a los árboles, hacer y usar un columpio, deslizarse por la ladera sobre un cartón, tener contacto con plantas y animales de granja. Privar de estas experiencias, hace a jóvenes miedosos, e incluso niños con trastornos de ansiedad. El nivel de riesgo en el juego da la oportunidad al niño de resolver problemas y “aprender haciendo”; por su parte el juego arriesgado, da la oportunidad de lesionarse y luego entonces con la experiencia propia o de su compañero de juego, aprenden a conocerse a sí mismos y a el entorno.

  Jugar arriesgado es “aterradoramente hermoso”. Deja que esos niños de pre-escolar te asombren.  No sabrán para que sirven las piernas si no las usan; no sabrán el valor de una regadera en casa si no se bañan a cubetazos; no sabrán del valor del silencio o de la intensidad de las estrellas sino tienen una noche al aire libre fuera de la contaminación de las ciudades; no sabrán esperar turno en la fila o respetar el espacio de otros sino se les enseña desde casa.

  Seguiremos en la próxima entrega, hablando de jugar y aprender para la vida. Con cariño su maestra Dra. Sandra Gómez Patiño.
 
 
 
 

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