Juan
José Ríos Ríos
El proyecto
de reforma al sistema de pensiones para que los
trabajadores propone el presidente Andrés Manuel López Obrador,
para que eleven su tasa de retiro hasta 40 por ciento y
un 82 por ciento de empleados se beneficien, es, sin duda, la propuesta más justa
y necesaria para bien de la clase trabajadora y que nunca antes, gobierno
alguno, hizo algo para mejorar no solamente la paga a los obreros, sino para
que después de dejar la mayor parte de sus vidas entregadas al trabajo se
fueran a casa con un pobre pensión, raquítica, injusta, y que no resuelve las
mínimas necesidades del pensionado y mucho menos de sus dependientes.
Son ésta y otro tipo de acciones o
medidas que está tomando el Ejecutivo Federal, las que lo ubican como un
gobierno diferente, que piensa y trabaja por la gente, de los más afectados por
el antiguo régimen, de aquellos que se dedicaron a saquear y a endeudar al país
y que ahora, sínicamente, se valen de todas las argucias y esbirros a su
servicio, para tratar de desvirtuar, de limitar o impedir que México progrese
como país de todos, y no de unos cuantos, que no se han hartado de robar y de
perjudicar a los que menos tienen, ejemplos los hay: La Reforma Laboral, la
Energética y otras.
Algo que llama mucho la atención y
que debe de tomarse en cuenta, es que está propuesta contó con la participación
del sector empresarial, que viene a ser el segundo compromiso que los
empresarios acuerdan con el gobierno para el bien de sus empleados, antes fue
el aumento histórico, por su monto, que se otorgó a los llamados salarios
mínimos. Este cambio de actitud, de compromiso para sumar esfuerzos en aras de
un país más próspero y de una clase trabajadora con salarios y prestaciones más
justas, merece el reconocimiento público, es bueno dejar atrás lo mal hecho
pero que, no por ello, se deje sin castigo a quienes se enriquecieron
ilícitamente y comprometieron el futuro del país.
Retomo las palabras del Presidente
de México Andrés Manuel López Obrador, dichas en su programa informativo
conocido como La Mañanera, cuando expresó: "Se llevó a cabo hace algunos
años una reforma y quedó corta para decirlo amablemente, si esa reforma no se
corrige al pensionarse los trabajadores recibirían menos que la mitad de su
salario. Esto se viene agravando con el tiempo. Nosotros no padeceríamos mucho
por esta mala reforma, pero hacia adelante haría crisis. Los que padecerían más
serían los trabajadores y los trabajadores en activo, se les cancelaría la
posibilidad de un retiro justo, digno, por eso se hizo el compromiso de hacer
una nueva reforma al sistema de pensiones y se contó con el apoyo del sector
empresarial y del sector obrero".
Por su parte, el secretario de
Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera,
detalló que con la propuesta de reforma los que menos recibían, que eran los
que tenían hasta cinco salarios mínimos, van a aumentar de 31 por ciento a 54
por ciento su tasa de reemplazo, es decir, aumentar más o menos 70 por ciento lo
que ellos estaban recibiendo. Destacó que actualmente la pensión se otorga a
partir de 60 años, se necesitan 25 años de cotización y el monto garantizado es
el mismo independientemente del salario de las personas; sin embargo, aseguró
que a partir de la reforma propuesta "la edad mínima siguen siendo 60
años, pero se necesitan únicamente 15 años de cotización y el monto de la
pensión será del monto ahorrado y de las semanas que hayan trabajado, alrededor
de 82 por ciento de la población va a tener acceso a una pensión
garantizada", agregó.
Lamentablemente, aunque justa y
necesaria, esta reforma llega tarde para muchos, cuando hay pensionados que
reciben poco más de mil pesos mensuales de pensión, aunque también los hay
aquellos “vivos” que, aprovechándose de la misma Ley del IMSS, sin haber
cotizado a lo largo de su vida una determinada cuota, recurren a estrategias
que les permite pensiones muy jugosas, en extremo superiores a lo que
moralmente debieran percibir, laguna en la ley que debe corregirse para evitar
el sangrado tan grande que se hace por esta manera de beneficiarse a la que
recurren algunos derechohabientes, mediante el pago de un aportación superior
los dos últimos años previos a su retiro, para que el resto de su vida gozar de
un dinero que no aportaron.
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