jueves, 1 de agosto de 2019

Movimiento Ciudadano: Lo que no fue








Oswaldo Ramos


En este momento veo muy lejos ya el 2012 políticamente hablando, pues como es sabido, en la dinámica política el tiempo es relativo. En aquel entonces un grupo de políticos emanados de Tlajomulco incursionaron en la escena estatal, llenos de entusiasmo, con una dinámica innovadora que a todas luces marcaba la pauta para un nuevo esquema gubernamental, un grupo de color naranja y liderado por Enrique Alfaro Ramírez, político joven para los estándares de ese tiempo que fácilmente podía comunicarse con la mayoría de los jaliscienses llenos de enojo y cansados de lo mismo de siempre: corrupción en el gobierno, inseguridad, dinámicas poco transparentes en la ejecución de programas gubernamentales; bajo esa coyuntura es como nació lo que se proclamaba como un “proyecto ciudadano” encabezado por el ahora gobernador de Jalisco.

La campaña de 2012 la perdió por su casi nula presencia en el interior del estado, pero ganó espacio muy importantes en el congreso y fue así como obtuvo el papel más importante en la primer mitad de ese sexenio: ser la voz más legítima para hacerle frente y liderar una oposición a Aristóteles Sandoval. Sin embargo la épica le dió hasta presentarse a los comicios de 2015 para presentarse como candidato a la alcaldía de Guadalajara y así comenzar a prepararse para las elecciones de 2018.

Liderar una oposición legítima requiere mantener la congruencia entre el ser y hacer, algo que se procura muy poco dentro de los espacios políticos tradicionales. Es así como el llamado “proyecto ciudadano” que se fraguó en 2012 para llegar a la gubernatura comenzó a desvirtuarse aún más para convertirse en un pragmático plan de negociaciones con operadores políticos de Jalisco, muchos de ellos emanados del PAN, como Alberto Esquer Gutiérrez.

Si bien las negociaciones triunfaron, también comenzaron a generar un desgaste demasiado pronto, ya que los intereses a los que se debe comienzan a relucir. El haber dado un tarifazo a los servicios de SITEUR, Macrobús y algunas rutas de la ZMG da testimonio de eso, pues ya no mantiene el discurso con el que se presentó a las afueras de la SEMOV para protestar contra el otro tarifazo que Aristóteles Sandoval buscaba dar, ese que calificaba como una “cuchillada a los ciudadanos”.

Henos aquí, en 2019 hablando de una figura que buscaba gobernar el Estado hace seis años y a penas hace un año se le hizo la lucha, claro, a costa de negociaciones, incongruencias, pactos en lo oscuro y traicionando al electorado que votó por él, pero se le hizo. Movimiento Ciudadano resultó ser todo menos un Movimiento y definitivamente no es Ciudadano, de lo contrario tanto el partido como el gobernador estarían teniendo tantita congruencia o cuando menos vergüenza por haberle dado una puñalada trapera a la sociedad jalisciense.

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