jueves, 5 de noviembre de 2020

Pedir cuentas claras


 

 

Juan José Ríos Ríos

 

Ahora que algunos gobernadores del país, incluido el de Jalisco Enrique Alfaro, se han unido en un frente para hacer reclamos por recursos a la Federación, empiezan a conocerse datos que considero muchos ciudadanos desconocíamos y que se relacionan precisamente a dinero público que se les entrega como participaciones y que, también, muchos ignoramos a qué se destinan, dónde paran, porque a los municipios sólo se les entrega migajas.



            Entre otras graves y marcadas carencias, Jalisco se ubica entre los estados cuyas carreteras están consideradas como de las peores, aunque, a decir verdad, en lo que va del actual gobierno que encabeza Alfaro Ramírez, cuando menos en el tramo Ciudad Guzmán-San Gabriel, se canalizaron recursos para dejarla transitable, pero que, a poco tiempo de haberse terminado las obras, ya hay tramos que muestran que el trabajo no se hizo con la necesidad del caso y del dinero que se destinó.


            Retomando el tema de recursos federales vía participaciones, oficialmente se dio a conocer el monto de las cantidades de dinero que la Secretaría de Hacienda entrega a los estados del país, suman miles de millones de pesos y de los que a Jalisco en el mes de octubre se le destinaron poco más de los 42 mil millones de pesos, una cantidad nada despreciable y que al parecer es una remesa bimestral. De ser así, se desconoce el dato oficial, al año sumarían poco más de 250 mil millones de pesos, multiplicando 42 por 6 bimestres.





            Toda esta información es necesario que se conozca por la sociedad, porque además los estados tienen ingresos propios por otros conceptos de los que tampoco se sabe el monto, no fluye hacia la gente y a ésta sólo se le “rinden” informes por parte de los gobernantes en turno de lo que supuestamente obtuvieron como ingresos, comprendiendo propios y vía participaciones, así como del “destino” o gasto hecho de los mismos, lo que, que se sepa, en los congresos locales se “analiza” y por lo general se le da el VoBo por parte de los diputados que generalmente son de la mayoría del partido que gobierna o tiene el poder en cada entidad.


            Y, los ciudadanos, damos por hecho que los recursos públicos que le ingresan a los estados es la suma que dan como invertida o gastada durante el año que se informa por parte de los gobernadores, pues al ignorarse los datos reales del dinero público y de la forma como se le ha venido administrando, así queda como oficial y consumado el gasto o “inversión”, una situación que ya debe de ir cambiando, de que los gobernantes se den cuenta que son servidores públicos con obligaciones y que los que, las más de las veces, actúan como capataces arbitrarios, prepotentes y cínicos, pues aparte de lo que reciben vía participaciones federales y los ingresos propios, algunos se dan el lujo hasta de endeudar al estado para ¿qué?, tampoco lo sabemos.


            Ahora que comienza a fluir los datos, las cifras y la información que antes permanecía como “derecho de Estado”, se requiere también que los ciudadanos empiecen a despertar, no a protestar por cualquier cosa, sino para exigir rendición de cuentas, resultados que mejoren las condiciones de la vida, mejores carreteras, seguridad real y no policías represivas y abusivas en contra de la gente de bien y mañosos ante los mafiosos, en tanto el descaro en los estados que los exgobernadores gozan de pensiones y hasta de seguridad o escoltas, una vez que han concluido su mandato, condiciones que en un país con tantas desigualdades, precisamente por tanto gobierno corrupto, ya no deben prevalecer, lo que al parecer empieza a darse a raíz de los berrinches que los mismos políticos, de siempre, están haciendo pidiendo más. No tienen hartazgo, y mientras no se informe con veracidad, así se les calificará.   


           

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