miércoles, 19 de septiembre de 2018

El ejecutivo al minuto




Samuel Gómez Patiño


Nos tomaremos esta semana para recordar un libro que no debe faltar en nuestra biblioteca personal: “El ejecutivo al minuto” de los autores Kenneth Blanchard y Spencer Johnson, publicado por primera vez en los años ochenta, y que gracias a uno de mis maestros en la licenciatura tuve la oportunidad de leerlo y analizar su contenido.



Aunque es un libro escrito hace más de treinta años y que en estas tres décadas se han realizado tantos cambios, sobre todos tecnológicos no deja de ser relevante en cuanto a su contenido y sobre todo su aplicación. Gracias al maestro Juan B. Morales De La Garza que en su clase nos solicitó que lo leyéramos.

En mi primera oportunidad de tener un puesto gerencial, recién egresado de la carrera profesional de Licenciado en Administración de Empresas, tuve que aprender a transitar del empleado-alumno al gerente de personal responsable de 25 zapaterías, 200 empleados  a mi cargo y noventa por ciento personal femenino, toda una aventura. Sin duda pude aplicar rápidamente algunas de las enseñanzas de este libro, como las que a continuación cito.

“El símbolo tiene por objeto recordarnos que cada día debemos dedicar un minuto a contemplar el rostro de las personas que están bajo nuestra dirección. Y también sirve para hacernos percatar de que esas personas son nuestro capital más importante”. No tenía ni idea de cómo se realizaba el trabajo en una zapatería, vaya hasta el día de hoy ni siquiera puedo pedir el calzado por que no sé qué medida calzo. Siempre le digo a la empleada que le calcule según vea mi pie.

Sin embargo, desde el inicio supe que lo más importante, eran todos y cada uno de los sujetos que laboran para la empresa; de acuerdo a esto me apoye en las encargadas con mayor tiempo en la organización para aprender, observe como realizaban cada quien su trabajo y en algunas ocasiones que el trabajo se nos complicaba trabaje codo a codo vendiendo zapatos.

“Las personas que se sienten satisfechas de sí mismas logran buenos resultados”. Nada más cierto, trabajas en lo que te gusta, no importa el tiempo que le dedicas, solo disfrutas porque sabes que es importante para ti y para alguien más lo que estás haciendo. No soy investigador nato, disfruto dar clases, pero hace poco encontré un tema que me gusto y ahora me tiene consultando libros, artículos y preparando una investigación, el tema: “La felicidad en el trabajo”.

“Ayude a la gente a alcanzar su máxima eficacia. Sorpréndala mientras hace algo bien”. Cuando te esfuerzas por hacer lo mejor, le dedicas tiempo de tu vida para que las cosas salgan bien, tratas de enderezar el barco, en fin, das mucho de ti para lograr que la organización para la que trabajas cumpla con sus objetivos, no hay nada peor que te digan:

-Samuel, lo estás haciendo bien pero voy a poner otra persona en tu lugar.
Que desagradable, hacer tantas cosas bien para que a las primeras de cambio te den una “patada en el trasero” y luego traten de perjudicarte más; ser líder es ser primero humilde no soberbio. No debemos olvidar felicitar en su momento a quienes cumplen correctamente con su función, no tomemos la idea “que para eso se le paga”.

El mejor minuto del día es el que invierto en mi personal”. Como le comento a mis alumnos, cuando abrimos un negocio lo primero que contrato, no son clientes es el personal que va a vivir la aventura conmigo. Las personas, sus cualidades y habilidades serán indispensables para producir o prestar un servicio de calidad y, es mi responsabilidad el hacer que se desarrollen como personas, que sean mejores que cuando los contrate; no tengas miedo que se conviertan en tu competencia, eso al final hará mejor a tu organización.

            Ahora bien, ¿Quién es El Ejecutivo al Minuto?, el que se basa en los tres principios de los autores: 1. La previsión de objetivos de un minuto; 2. Los elogios al minuto y, 3. Las reprimendas al minuto.

            No significa que todo lo hagamos en 60 segundos, pero sí que para cada uno de ellos tomemos el tiempo suficiente para aplicarlos. Quien no sabe a dónde va, ya llego. Se debe tomar el tiempo para planear en conjunto con nuestros empleados el camino a seguir para lograr las metas.

            Cuando nuestros empleados hacen bien las cosas no debes dejar para después las felicitaciones, es importante reconocer de manera inmediata sus logros; algunos jefes gustan de acumularlas para una ocasión especial, pero no se logra el efecto deseado ya que hacemos el esfuerzo no necesariamente por el reconocimiento, pero es muy satisfactorio que tomen en cuenta que le pones empeño y te demuestran que se dieron cuenta.

            Por último, los autores también nos recomiendan que es importante que cuando las cosas no salen bien se muestre al empleado en que fallo y lo guiemos para que la siguiente oportunidad mejore su desempeño, tampoco es bueno acumular y lo que muchos jefes hacen, esperar que nos equivoquemos para mostrar quien es el que manda.

            Te recomiendo su lectura; cinco estrellas.
            La próxima semana: La farsa de los certificados médicos.

            Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Director del Área 1 de los Toastmasters y
Presidente del Club Ejecutivo de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California

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