lunes, 26 de noviembre de 2018

Nancy, el tatuaje como un arte













Milton Iván Peralta
El Volcán/Guzmán



Nancy Esmeralda Sánchez Ceja, mejor conocida como güera, se dedica al tatuar, ese arte que se lleva en la piel y que ha venido creciendo mucho en Ciudad Guzmán, también es de las, todavía, pocas mujeres jóvenes que se dedican a hacerlos. 


Todo comenzó cuando tenía 17 años, aunque desde niña le ha gustado dibujar fue a esa edad cuando le llamó la atención el realizar tatuajes, y fue a través de un amigo quien la animo “me decía anímate, eres mujer, es muy inusual, yo no quería, más bien no me animaba”.

Pero la insistencia siguió, como la tinta que recorre la piel, “me ofreció regalarme el equipo que necesitaba, y me anime, desde que hice el primero ya no pare”. 

Nancy Esmeralda había encontrado lo que le gustaba, saltó del dibujo al lápiz en papel a la piel. “He seguido estudiando, en diferentes materiales, pero hay mucha diferencia entre la piel y el papel, se nota el cambio, trato siempre de mejorar”.

Está consciente de que tatuaje no es algo simple, siempre tiene un significado para la persona que se lo hace, son especiales y deben salir bien, por el trabajo de ella, pero sobre todo por todo lo que significa para quien se lo hace. Porque cada tatuaje cuenta una historia y el cuerpo se convierte en un diario. “La gente trae un recuerdo, algo que siempre te va a contar”.

Los inicios para Nancy no fue fácil al perder el temor se aventó con todo, “mucha gente me decía que comprara piel para practicar, yo me quería ir a lo grande, en ese tiempo tenía un novio y comencé con él, lo primero que hice fue una nave espacial pequeña, salió dos tres -ríe-”.

Los años le han ayudado a mejorar, seguir practicando, buscando nuevas técnicas de tatuaje, “he tratado de mejorar lo más que puedo”.

En Ciudad Guzmán el negocio de tatuar ha crecido mucho en los últimos años, antes nada más era Henny, hoy en día hay una variedad de negocios, tanto de hombres como de mujeres que se dedican, pero eso a la vez contrae una seria de riesgos que hay que cuidar, sobre todo porque se habla de salud. “El proceso para ser tatuador es arduo, se necesitan muchos permisos, tener licencias”. 

“De principio que comencé a tatuar no fue fácil la aceptación, la gente se sacaba de onda, me decía pero eres mujer, incluso mi mamá me decía que no podía hacerlo porque era mujer, cómo vas a tatuar, yo les decía que eso no tenía nada que ver, ahora la gente lo ve como algo normal. Aunque para muchos es aún una novedad”, comenta Nancy.


Negó el haber tenido discriminación “nada más algunas indirectas, de muy poca gente, ya se acostumbraron más al tatuaje ya a las mujeres”.

Comenta que se ha quitado mucho el tabú de parte de la gente, “he tenido clientas mayores de 50 años, que decían que antes sí era muy malo eso, que los papás no lo dejaban ni la educación, por eso no lo hacían, ya ahora los tiempos han cambiado y ya se animan”. 


Aunque la mayor clientela son los jóvenes, aunque ya hay mayores de 40 años que comienzan a hacer clientes frecuentes.

Pero hay personas que deciden hacerse trabajos más amplios, más allá de un simple detalle o de un dibujo, tratan de hacerse trabajos en todo el cuerpo “tengo tres clientes que sí son muy frecuentes, su meta es estar tatuados siempre, a veces dejan que yo les ponga algo a mi gusto, o traen lo que quieren”.

Nancy tiene doce tatuajes en el cuerpo “algunos sí tenían algunos significados, pero con el tiempo he ido a exposiciones de tatuajes, ahí buscan a personas que quieran hacerse una pieza, nada más deben aguantar las horas del concurso, tengo dos tatuajes con el primer lugar”.

Entre los trabajos más comunes que le piden son: infinitos, pajaritos, plumas, corazones, números romanos; cosas pequeñas y sencillas. Entre las cosas más complicadas están los sombreados, las texturas “es difícil plasmarlas en la piel, más porque no se puede borrar, porque no hay error”. 

Lo más común es que la gente traiga los dibujos que quieren, casi siempre bajados de internet “ahí yo analizo el dibujo, muchas veces les comento que se puede mejorar o yo lo puedo diseñar”. 

El tatuaje duele, dependiendo de la zona en que se coloca, “hay personas que se han desmayado, o que a la mitad se arrepiente, al principio se motivan pero después dicen que les duele mucho y ya no quieren, pero eso es un problema, ya no se puede interrumpir una sesión a la mitad, porque queda el tatuaje distorsionado, yo les explico eso desde el principio, algunos se aguantan o se van”.   
Nancy hace una recomendación para aquellos que quieran ser tatuadores “que sepan elegir bien quien los puede enseñar, porque hay tatuadores que pueden darte un buen consejo, así como otros no hay buen rollo, hay muchos cursos y escuela en Guadalajara para aprender a hacerlos”. 

Y para aquellos que apenas comienzan a pesar en hacerse un tatuaje, lo primero que les recomienda es que estén seguros, 


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