domingo, 12 de septiembre de 2021

Aferrados al poder

 



 

Rafael Martínez Rodríguez

 

 

A pocas semanas de que los gobiernos electos inicien con una etapa más, dentro de las administraciones públicas municipales, vemos que los presidentes que repiten gracias a la reelección se encuentran trabajando en los reacomodos de las diferentes posiciones, dentro de la administración, preponderando los conocimientos técnicos y profesionales contra los compromisos políticos, puesto que son los que encaminan un gobierno de éxitos.



Por otra parte, se encuentran los presidentes electos que vienen a realizar cambio de poderes y de partidos políticos, por lo que se están encontrando con un escenario diferente, recibiendo en muchos casos la hostilidad por parte de los gobiernos salientes que se aferran al poder y se obstinan en reservarse toda la información relevante hasta el último día de su gestión, por lo que es imperante que se formule una estrategia para combatir estas prácticas.


El acto protocolario de la entrega-recepción de la administración municipal, se ve muchas veces aplazado al máximo tiempo de ley permitido, pues los servidores públicos salientes determinan de manera dolosa que la transición se realice bajo un escenario complicado a capricho, que termina por reflejarse en un desgaste político entre los actores participantes en ese acto, y finaliza perjudicando a la sociedad con ralentizar la instalación e implementación de los servicios municipales.


El acto de transición gubernamental evidencia la madurez política o la falta de ella, y en los casos adversos detona con sacar lo peor de los actores políticos, ocultando documentos, indicando a su personal la sustracción de materiales propiedad del gobierno municipal, otorgando bases ilegales, sindicalizando personal de su confianza, generando obstáculos para la transición y un sinfín de detrimentos en perjuicio de la administración entrante, considerando que su trabajo en pro de la población es más valioso que las ideas de los nuevos integrantes del gobierno, cegados por el egoísmo y por la falta de tacto político al igual que la madurez, dejan en el olvido que en primer lugar perjudican a los ciudadanos que un día les otorgó la confianza de representar a su municipio y que hoy lo traicionan al obstaculizar una transición pasiva.





En segundo lugar, olvidan que existe el código penal y la ley de responsabilidades políticas y administrativas entre otras, para sancionar sus conductas ilegales en detrimento del ayuntamiento, y esa misma ceguera los puede llevar a cometer errores de los cuales pueden no salir bien librados si juegan con sus propios intereses y apostando con sus caprichos de aferrarse al poder.


Como ciudadanos sin miramiento de colores políticos, tenemos que exigir que se respete la ley y respaldar a los presidentes electos para que exista una inmediata implementación de la administración pública en beneficio de todos, concluyo con la frase de Manuel Belgrano, “el modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente”.




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