jueves, 30 de septiembre de 2021

México, 200 años de Independencia

 


 

Víctor Hugo Prado

 

 

Se cumplieron 200 años de la entrada triunfante del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, dando así por consumada la lucha por la independencia. Brega que ya alcanzaba los 11 años a partir del grito de Dolores que Miguel Hidalgo arengara para llamar a la revuelta con la que se buscaría liberar al país de la corona española.



Los movimientos sociales que han derivado en grandes transformaciones sociales son el resultado de grandes liderazgos y del esfuerzo de miles de mujeres y hombres que los historiadores no registraron y que viven en el anonimato. La historia tiene visiones reduccionistas de lo que sucedió en la realidad, pero si a alguien le debemos la consumación de la independencia es sí, a los Generales Guadalupe Victoria, a Vicente Guerrero, a Agustín de Iturbide, aunque haya representado la supremacía de las fuerzas realistas, pero sobre todo a los miles de mujeres y hombres que ofrendaron su vida por la libertad de la Nueva España.


La desigualdad social en la Nueva España, la preferencia de la Corona española por los peninsulares para ocupar los cargos más importantes de la administración colonial, los vientos de libertad como la independencia de los Estados Unidos, la influencia de las ideas difundidas por la Revolución Francesa, de libertad, igualdad ante la ley y fraternidad entre los pueblos.  La lucha de los liberales que apoyaban la Constitución de Cádiz contra Fernando VII, fueron factores que impulsaron la lucha por la Independencia de México.





A finales de la lucha interna, Agustín de Iturbide trato de derrotar a Vicente Guerrero sin éxito, por lo cual le propuso una alianza para lograr la Independencia, el insurgente Guerrero aceptó para obtener la autonomía absoluta de España. En febrero de 1821, se reunieron en Acatempan, Gro., donde acordaron las bases del Plan de Iguala, en el que se estableció la declaración de Independencia; para el cumplimiento de estos acuerdos se formó el Ejército Trigarante, sumándose nuevos caudillos al plan y obteniéndose nuevas victorias sobre las tropas del gobierno virreinal, que fortalecieron la independencia. Finalmente, en agosto de 1821 se firmaron los tratados de Córdoba, en los que se estableció la Independencia de la Nación Mexicana, denominándose Imperio Mexicano, con un gobierno monárquico constitucional.


Escribe Agustín Basave, en un espléndido artículo llamado Historia, Verdad y Democracia publicado en Milenio, que las historias oficiales suelen remover las impurezas de la realidad para acomodar su narrativa. En México nos negamos a reconocer el papel central que un representante del conservadurismo jugó en nuestra emancipación. Un país que no respeta la verdad se corrompe, y por ello no es sano allanarla. La verdad objetiva histórica puede develar heroísmo y villanía, no hallar paraísos y avernos.  

 



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