jueves, 22 de marzo de 2018

Tapalpa, referencia religiosa



Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán


Las romerías anuales hacia el santuario de Nuestra Señora del Rosario de Talpa durante los meses de enero, febrero y marzo, requieren de una gran preparación física, pero que lamentablemente no es así en lo espiritual. “Yo no he visto que haya una preparación espiritual, pero sí la física, donde los feligreses acuden durante nueve lunes, por lo regular, la visita al Santo Niño de Atocha que se venera en Huscalapa, y el fenómeno se repite con gran ahínco hacia Talpa”, dijo en entrevista el Cronista de Zapotlán el Grande Fernando G. Castolo.



            Dijo que a Talpa y en romería parten gentes que provienen no solamente de la Región sur de Jalisco, sino del vecino estado de Colima, de la capital del estado Guadalajara que ya tienen una ruta sagrada bien determinada con varios servicios y elementos arquitectónicos que aparecen allí a propósito de avistamientos sobre los paisajes que se pueden apreciar por la ruta. “Esos caminos han sido trazados no sabemos cuántos años, pero sí tenemos reconocido aquí en Zapotlán desde la segunda mitad del siglo XVIII, un barrio que se reconoció aquí como de Nuestra Señora de Talpa”.

            Este fenómeno religioso que el propio cronista ha vivido al haber cumplido su cuarto año consecutivo de ir a Talpa caminando, lo que dijo ya no hará de esa forma sino por otros medios en el futuro, precisamente por el gran esfuerzo físico que requiere pero sobre todo por las vivencias que se tienen entre los mismos peregrinos, que se exigen y hasta lastiman en aras de cumplir una manda, un gusto o un experimentar la experiencia, lo que dista mucho de ser un acto de devoción o de preparación espiritual, que ha impactado mucho en la economía local lo que se aprecia en algunos de los servicios que se prestan a los peregrinos.

            “El fenómeno en sí implica varias aristas: La de la propia experiencia, qué se siente caminar yendo a Talpa, a fin de entender esa fortaleza que el ser humano tiene por sí solo para emprender rutas en determinados días y horas. También tenemos la arista de las mandas, donde las personas van encauzadas por ese estímulo de evidenciar, de manera propia, el hecho de que se nos haya escuchado, a través de la intersección de la virgen, a una demanda que se tiene por algún apresuramiento personal y ya se tuvo el beneficio que se pedía o se está solicitando a la sagrada imagen”.

            Otra arista es la tradición. “En mi familia persiste una tradición que data de mis bisabuelos, mis abuelos y que yo quiero continuarla y que mis hijos la entiendan también, que no implica otra cosa más sino el hecho de sentir el orgullo que en el seno familiar se cuenta con una tradición, de años, de estar haciendo estas visitas en romerías a la Virgen de Talpa. Pero también se tiene la otra arista de la renovación, una renovación espiritual que hoy día, con ese estilo de vida que llevamos en la comunidad, estamos ávidos de abrazarnos de un halo espiritual que nos llene estos entes providenciales como es la Virgen de Talpa, aristas que se revitalizan al estar frente a la imagen de la Virgen de Talpa”, abundó.

JUAN RULFO EVIDENCIO LAS DEBILIDADES HUMANAS EN SU OBRA TALPA


            Sobre la falta de preparación espiritual en algunos de los peregrinos a Talpa, fue el escritor jalisciense Juan Rulfo quien en su obra Talpa, en donde muestra justamente las debilidades carnales y humanas que se tienen cuando se está lejos del espacio donde normalmente nos desarrollamos. “Ese alejamiento que se tiene de la patria chica, también permite que haya ciertas solturas, no todo mundo va con apesumbramientos, de oración permanente del camino al Sagrario, muchos aprovechan estas romerías como un espacio alternativo de vacacionar, sobre todo en personas que no tienen capacidad económica para hacerlo en otras latitudes, y aprovechan ese esparcimiento de relajar la mente y el cuerpo por lo que hay mucho consumo de bebidas alcohólicas, lo que evidencia lo que Juan Rulfo data en su cuento, debilidades carnales que también se van llevando por el camino”, consideró.

            Agregó que no se debe asustar por este fenómeno ni menospreciar a quienes no llevan capacidad de reconocer un camino sagrado, entenderlo sí como seres humanos y mortales que somos todos, que sí se dan estos carismas diversos; “Que son los atrayentes de hacer estas romerías hacia Talpa”, concluyó el Cronista de Zapotlán el Grande.
           

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