miércoles, 23 de febrero de 2022

La crítica que queremos enseñar


 

 

Víctor Hugo Prado

 

 

En el aula, no es suficiente que un estudiante memorice fechas y nombres de libros o autores. En principio porque existe la posibilidad de acceso a la información de manera inmediata. La información está a su alcance por distintos dispositivos, y su uso se ha hecho cada vez más regular y permanente entre los estudiantes. 



El enorme reto que tienen los estudiantes ahora, no es que accedan a la información, y la presenten como evidencia de cumplimiento de un trabajo. No, el reto es que aprendan a evaluar la información, y con ello, desarrollen el pensamiento crítico y reflexivo. Un pensamiento que sepa distinguir lo cierto de lo falso, lo relevante de lo superficial. Para distinguir entre lo objetivo y lo subjetivo, entre un hecho y una opinión. Y algo relevante, ejercer la crítica con valentía y serenidad para transformar el estado de cosas que requieren necesariamente cambiar.


La crítica basa su actuar en el principio de poner en duda la información que se obtiene o nos proporcionan, a partir de la coherencia de los datos, de contrastarla con la realidad, de analizar la fiabilidad de las fuentes, la veracidad de la información que se recibe. Y en educación, se trata entonces de aprender a discriminar entre lo que está fundamentado y lo que no. Que lleve a los sujetos a emitir juicios razonados y conseguir independencia del pensamiento. Pero sobre todo para que ejerzan la libertad de expresión.





Los jóvenes deben saber que el régimen democrático del que hoy se goza, no fue producto de la concesión de algunos cuantos, fue resultado de largas luchas históricas violentas, políticas y sociales en el que miles consagraron la vida para lograr lo que se tiene.  Un régimen democrático, por ello, requiere más que elecciones, por más libres y transparentes que sean. Es fundamental el respeto y reconocimiento de los derechos humanos, poderes independientes, transparentes y eficaces, un sistema de partidos que facilite una buena representación de los ciudadanos, una sociedad civil participativa y una amplia libertad de expresión basada en el libre acceso a la información, hoy amenazada. Desconociendo que la libertad de expresión es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática, indispensable para la formación de la opinión pública, que aspiramos tengan nuestros estudiantes.


En el actual momento en que vivimos, se intenta boca bajear a la libertad de expresión, al espíritu crítico del pensamiento, con los señalamientos contra periodistas desde la tribuna presidencial normalizadas todas las mañanas. Con los crímenes cometidos contra periodistas que ejercen su libertad. Con la descalificación de la crítica. Por cierto, de esa crítica que queremos enseñar y alentar en las aulas, para garantizar la emergencia de mejores ciudadanos.  

 



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