viernes, 25 de febrero de 2022

Vialidad, a la buena de Dios

 



 

Juan José Ríos Ríos

 

 

El miércoles 23 de febrero, fue muy notable la falta de oficio, del interés por servir a los ciudadanos por parte de la Dirección de Tránsito de Ciudad Guzmán, que se manifestó una vez más con el cierre de la calle José Rolón, entre la Avenida Hidalgo y Federico del Toro, cuando la dependencia sólo realizó un comunicado indicando el suceso que motivó el impedimento para utilizar dicha por vía por los conductores de vehículos, “sugiriendo” a éstos la toma de precauciones y el utilizar vías alternas, sin destinar agentes viales pie a tierra para que auxiliaran el tránsito y evitar lo que se vivió por varias horas por este rumbo de la zona urbana, cuando menos esto vimos poco más del medio día de esa fecha.



            Dicho cierre ocasionó largas filas de vehículos en el crucero que hacen los entronques de la calle que fue cerrada, los que iban por la Avenida Juárez y los que ingresaban a ésta provenientes del poniente, calle José Padre Rolón Alcaraz, y por el tramo de la Miguel Hidalgo, no operó el uno a uno a falta de vigilancia o funcionamiento de los semáforos ahí instalados, no hubo la participación del personal de tránsito para agilizar el paso de los vehículos, por lo que los conductores no sólo perdieron tiempo, también tuvieron que realizar maniobras extras para no chocar y por el ingreso forzado que hicieron los que siempre llevan prisa.


            Es bien cierto que el problema se padeció unas cuantas horas y por un día, pero ello no impide que la dependencia oficial cumpla con sus obligación de servir a los ciudadanos en el tema de su competencia, la dan más importancia a otros con el pretexto de hacer cumplir el reglamento, pero que les reditúa sanciones por multas a quienes no cumplen los indispensables requisitos de circular en vehículo utilizando el cinturón de seguridad, hasta se asoman a los autos para ver en qué condiciones transitan los conductores para que, en caso de violación, aplicar “la ley”, que si bien es cierto también es su facultad, ¿por qué no hacen nada en temas como el que se trata y sólo se concretan a emitir boletines?





            Una actitud así raya en criticable, dan a entender que las dependencias del gobierno son nada más para sancionar, para recaudar dinero mediante multas o sanciones, omitiendo sus obligaciones como servidores públicos que son, que se deben al servicio de los ciudadanos de quienes perciben sus salarios, descuidando sus quehaceres de que en la ciudad el tránsito de personas y vehículos sea en condiciones de seguridad y ágil, si de por sí se tienen las mismas calles de siempre, algo irremediable y para siempre, y cada vez hay más autos circulando a todas horas y por toda la ciudad, principalmente por las vías más importantes, como lo son Colón, Federico del Toro, Moctezuma, Avenida Juárez, Reforma y la Calzada Madero y Carranza, entre otras, y los agentes sólo se les ve en dos cruceros, del jardín a la presidencia, y en el cruce de la Avenida Reforma con la terminación de Federico del Toro e inicio de la de Primero de Mayo, lo demás, que se muevan como puedan.


            Sabemos que este tipo de comentarios no gustan a la autoridad, les molesta y ponen, a quienes los hacen, en el riesgo del reclamo oficial, ¿Por qué no me preguntan?, es lo cotidiano como “diálogo”, cuando ocasionalmente se da con la autoridad, pero como son hechos que se dan por el descuido o por la soberbia que a veces gana a los funcionarios públicos, creyéndose intocables cuando tienen la condición de servidores públicos. Si no tienen esa vocación, ¿para qué ocupan cargos?, los ciudadanos y la ciudad misma requiere de gente que guste trabajar por hacer bien sus obligaciones, no para ampararse tras un escritorio y cargo para ganar su sueldo y los demás… seguramente es lo de menos, ya estamos, ya llegamos. ¡Viva el supremo gobierno! como dice un refrán.

 

 


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