miércoles, 25 de octubre de 2017

Como destruir una nación



Samuel Gómez Patiño


              En la entrada de una universidad en Sudáfrica está el siguiente mensaje, para reflexión de los estudiantes:
            “Para destruir una nación no se requiere de bombas atómicas o misiles de largo alcance. Solo se necesita bajar el nivel de educación y permitir que se copie en los exámenes”.
            Pacientes mueren en manos de tales doctores.
            Edificios colapsan en manos de tales ingenieros.
            Dinero es perdido en manos de tales economistas y contadores.
            Humanismo muere en manos de tales religiosos.
            La justicia muere en manos de tales jueces.
            “El colapso de la educación es el colapso de la nación”.


            Con esta reflexión quiero iniciar este articulo porque cuando lo leía en Facebook (no todo es perdida en tiempo en la red social) pensaba lo que pasa en el mundo, en México y en nuestros hogares. También creo que es una de las razones por la que el mundo está estresado.

             Hace muchos años estaban exponiendo un equipo en mi clase y yo estaba al final del salón observando su trabajo cuando una de las alumnas me hizo una pregunta a quemarropa:
-Maestro, ¿porque razón usted da clases?
            -Por mis hijos, respondí rápidamente…deje le explico:

            -Puedo convertirme en un maestro que no le interese hacer su trabajo, no me preparo, no investigo y mucho menos me preocupo por enseñar y guiar a mis alumnos o, por el contrario, me preparo adecuadamente para que ellos aprendan mejor, investigando, leyendo y consultando libros y revistas, de tal manera que me intereso porque mis pupilos conozcan más guiándolos hacia el conocimiento y la responsabilidad de utilizarlo en bien de la sociedad.

            -En el primer caso, tendríamos malos profesionistas que probablemente pudieran ser patrones o maestros de mis hijos. En caso contrario, los buenos profesionistas que formamos pueden ser el mejor patrón o el mejor maestro para mis descendientes asegurándoles mayores oportunidades en su vida profesional y personal.

            A veces pienso que quienes dirigen la educación en muchos países, incluyendo México le están apostando a tener a pueblos sometidos a través de la ignorancia. La educación ha estado secuestrada por pequeños grupos con intereses oscuros, con los sindicatos alineados para desperdiciar a los niños y jóvenes de hoy. Cierto que se la pasan haciendo huelgas y luchando por las regalías que alcanzan unos cuantos mientras miles de verdaderos maestros tratan de mejorar la enseñanza en sus aulas con todas las carencias que existen, bajos sueldos (en Baja California, con sueldos atrasados), infraestructura inadecuada, poco respeto hacia la dignidad humana de quien enseña mientras ellos viven de las componendas que se autorizan ellos mismos.

            Sistemas van sistemas vienen y los niños son lo que menos importan, pareciera que queremos que cuando crezcan se vuelvan una sociedad de “Zombies” que solo siguen los patrones aprendidos por quienes tienen la responsabilidad de darles un futuro. No es casualidad, que los lugares con más carencia en nuestro país la educación deja mucho que desear. Sabemos que no todo maestro encaja en este patrón pero a veces por temor o por indolencia dejan de luchar por sus ideales.

            ¿Puedes imaginar al médico que te va a realizar una operación haya obtenido su título en “Tepito”, en lugar de estudiar casi 10 años para ganar experiencia y nuestra confianza?

            ¿Qué este médico, haya pasado la universidad gracias a ser el hijo de un político o de una persona con recursos económicos?
            Me pregunto porque los políticos y quienes nos dirigen llevan a sus familias a estudiar al extranjero en lugar de mejorar la calidad educativa. ¿Será por eso que también prefieren llevar a sus familiares a consultas médicas en el extranjero?

             Los recientes acontecimientos con los desastres naturales destapan redes de negligencia y corrupción, edificios que no resistieron por la mala planeación de profesionistas voraces de ahorrar a costa del riesgo de vida de sus habitantes utilizando malos materiales y debilitando las estructuras, malos funcionarios que no hacen su trabajo de verificar que se cumplan con los reglamentos ya sea por omisión o por corrupción, y por supuesto de quienes ocupan puestos públicos que en vez de cerciorarse que se cumpla con lo establecido lo permiten, desde que cobran por “no cumplir con su deber” y en algunos casos hasta tienen inversiones a través de familiares y prestanombres. La mayoría tienen estudios superiores y lo único que hacen es aprovecharse de su posición. La política ahora es un negocio familiar, “hueso que no quieren soltar”.

            Cuando leía este enunciado en la escuela de Sudáfrica, pensaba que fácilmente podría estar en cualquier oficina de Educación de nuestro país.

            Siempre he pensado que tenemos la mejor mano de obra lo que nos hace falta son líderes con intereses en el progreso de nuestro país y no del propio.

            La próxima semana: “La razón de estar contigo”.

                                   
Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana

Universidad Autónoma de Baja California

1 comentario:

  1. Desearía saber en qué universidad de Sudafrica aparece este escrito. la gente lo reenvía sin datos de ninguna clase... ya sabemos que las redes son propensas a 'inventar'cosas.
    Gracias

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