jueves, 17 de noviembre de 2016

Robaron la catedral

>Y fueron precisamente los catorce cuadros o Estaciones de la Pasión y Muerte de Jesús los que se llevaron él o los ladrones la noche del lunes 14 de noviembre, sin que nadie se diera cuenta, y aunque a decir del Rector de Catedral, el Padre Alfonso, no representan un robo cuantioso en dinero.


 


Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán



Manos sacrílegas cometen un hurto de La Capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro instalada en la Iglesia Catedral, recién incorporada al patrimonio religioso de Ciudad Guzmán. “Donada por los descendientes de la familia Arias Sánchez, que fue la encargada de la Función en la cual se llevó a cabo la coronación de Señor San José, Patrono de la Diócesis, y de la Virgen del Rosario, en el año de 1957”, declaró en entrevista el Cronista y Jefe del Archivo Municipal Fernando G. Castolo.




La capilla con los cuadros que fueron robados. 
Dijo que esta capilla originalmente estuvo instalada en la casa particular de esta familia de la ciudad de México, y de donde se vinieron a Ciudad Guzmán en los años 60 trayéndose la capilla con ellos. “Ahí estuvo instalada por muchos años en su domicilio particular, que es Reforma 73, no hace muchos meses determinaron que esta capilla pasara a ser patrimonio del pueblo, con todos sus aditamentos dado que está consagrada a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, como eran unos pequeños cuadros de lo que son las Estaciones de la Pasión y Muerte de Jesús, coloquialmente conocido como el Vía Crucis, pequeñas estampas enmarcadas en madera con cristal”, explicó el Cronista.

Y fueron precisamente los catorce cuadros o Estaciones de la Pasión y Muerte de Jesús los que se llevaron él o los ladrones la noche del lunes 14 de noviembre, sin que nadie se diera cuenta, y aunque a decir del Rector de Catedral, el Padre Alfonso, no representan un robo cuantioso en dinero, sí formaban parte de un conjunto de esta capilla consagrada que estuvo instalada en el domicilio de la familia que los donó al pueblo de Zapotlán e instalada en el interior de la Catedral Diocesana, cuya puerta de acceso ya fue asegurada con candado y cadena y sólo estará abierta para momentos de culto y no de forma permanente como estuvo, por haber dentro de la misma otros objetos de gran valor que deben ser protegidos, según palabras del Rector del sacro recinto.

La capilla ya sin los cuadros:
(Milton Iván Peralta)
Para el Cronista este hecho es muy lamentable porque obligó a las autoridades eclesiales a cerrar los recintos en horas en la que se tenía la costumbre de hacer visitas a algún santo en particular, al Santísimo o a San José de Catedral. “Ante este tipo de detalles, yo soy de la idea de que todos, como pueblo de Zapotlán, tenemos que ser celosos custodios de lo que nos pertenece y todos estar al pendiente de lo que tenemos y respetar. Desgraciadamente ya nos pasó este detalle que esperamos no se vuelva a repetir, ahora las medidas de seguridad van a tener que reforzarse no solamente en Catedral sino en todos los templos católicos de la ciudad y, por consiguiente quizá ya no podamos tener acceso a todo hora a este tipo de recintos católicos”, consideró el Cronista de la ciudad.

Recordó que no hace muchos años se produjo un robo del Santo Niño del Templo Tercera Orden, el cual desapareció de manera muy misteriosa y hasta la fecha nada se sabe. “Es lamentable que nosotros mismos seamos los precursores o animadores de que desaparezca este tipo de objetos religiosos de gran relevancia para el pueblo de Zapotlán por no respetarse y que por algo están en observación pública, es un llamado que hacemos de nuestra parte de manera enérgica al pueblo de Zapotlán a que juntos custodiemos lo que tenemos porque en la medida de que este tipo de tesoros vayan desapareciendo, en esa medida se irá empobreciendo la identidad de lo que nosotros somos”, abundó.

Ahora permanecerá cerrada con candado la capilla,
nada más se abrirá cuando haya misa. (MIPP)
Dijo también que a partir del Concilio Vaticano II los templos se hicieron más escuetos en cuanto a los ornamentos que tenían, para darle preferencia a que realmente las personas admiraran la imagen de su devoción, quitando candelabros, floreros. “Pero, al paso que vamos yo creo que después vamos a tener templos estoicamente pelones, a fin de salvaguardar lo poco que nos queda todavía y que conservamos, estamos llegando a extremos que yo nunca pensé se llegara en Zapotlán, al no respetar ni siquiera los objetos de carácter religioso, y más en una comunidad que hablando en elementos estadísticos, es mayoritariamente católica”, concluyó.


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