domingo, 4 de octubre de 2020

La Vocación y el Quehacer, ¿Cómo diferenciarles?







Sandra Gómez 

 

 

Estimado lector entre las siguientes líneas encontrara las características que debiéramos tomar en cuenta para definir los vocablos de uso común: 1) la vocación (bienvivir) y 2) el quehacer (bienestar); idealmente deben ser una misma, pero no siempre es así por diferentes razones. “Nunca minimices tu quehacer, cualquiera que este sea cumple una función adaptativa y te brinda bienestar (Gómez, 2020)”.



            A veces olvidamos que nuestro quehacer debe estar vinculado a nuestra vocación; el quehacer es más allá de las actividades domésticas; es nuestro diario vivir, actividad de la que idealmente se nos remunera económicamente por realizarla. En esta ocasión les presento datos que tienen la intención de hacerle reflexionar sobre ¿Cómo vives tu presente?, entendido como el regalo que es la vida.


 Los quehaceres pueden ser de lo más especializados y en algunas ocasiones son carreras universitarias; lo interesante es poder unirlas a la vocación. Si se tiene una vocación de servicio por ejemplo podría ser médico, bombero, profesor, atender en un supermercado, entre muchas otras actividades diarias (quehaceres). Es decir, no todo lo que nos brinda bienestar requieren de certificaciones porque de lo que se habla es de una vocación de servicio a otros seres humanos.


 Hablemos por ejemplo de la atención a clientes, la disposición de la persona a la atención de necesidades del otro que se ve manifiesta con el quehacer de un médico pediatra al distraer a su paciente antes de poner una vacuna (inyección).





 Sin embargo, si la vocación es trabajar con “números”, se puede ser matemático, administrador de empresas, contador, algunas ingenierías, arquitectos y científicos. Las personas de este perfil prefieren estar en compañía de los números que de las personas. Para ellos el lenguaje de las matemáticas es un aliado y se expresan mejor con datos y estadísticas.


 Todas las profesiones idealmente son útiles a los demás seres humanos; sin embargo, quienes dominan el lenguaje de las matemáticas y/o ciencias son particularmente diestros con el lenguaje abstracto= ¡menos es más!, haciendo referencia también al lenguaje que se utiliza en física y química; que al igual que las matemáticas son universales.


 Si la vocación es de investigar, las carreras de ciencias exactas como: biología, medicina, química, física, matemáticas, ciencias de la educación, entre otras (…) las personas se encuentran en un punto intermedio entre quienes dominan el lenguaje de las matemáticas y el servicio a la humanidad a través de sus investigaciones respaldadas con datos estadísticos acompañados de una narrativa generalmente presentadas en formatos de TESIS o artículos especializados dirigidos al público, con la intención de compartir y divulgar sus conclusiones.


            Vocación de comunicador, ser divulgador en medios digitales, reportero, escritor (…), son solo algunos de los quehaceres de quien tiene esta vocación. A este punto usted ha podido ver que muchas de las vocaciones se traslapan entre sí, y se ven manifiestos con quehaceres cotidianos.


            La cotidianidad idealmente debe ser remunerada económicamente, ya sea a través del trueque de servicios o de la paga. Ningún quehacer debiera tener menos valor que otro; además algunas de las vocaciones se traslapan en el perfil de las personas.  He aquí en donde entra la especialización, en la medida que eres el mejor en tu área, te vuelves el mentor de otros e incluso eres el mejor cotizado en ese quehacer en específico; por citar un ejemplo, el panadero, que de tradición en el hogar aprende a elaborar los mejores panes mexicanos, decide emigrar y formarse en Francia al lado de los mejores panaderos y reposteros, logra una nueva mezcla a través de su sazón aprendido desde su hogar, y las técnicas de alta gama en panadería y llega a industrializar sus productos y/o escribir libros para preservar las tradiciones del pan casero un ejemplo se encuentra en el Libro Panes Mexicanos 2A Edición: Irving Quiroz. Editorial Larousse.


            Para cada vocación existe un quehacer, idealmente deben ir de la mano, el bienestar y el bienvivir. La especialización en las actividades cotidianas que se hacen desde la vocación deja frutos y te permiten alcanzar una estabilidad emocional y económica que se refleja en una vida feliz.


 La vocación nos hace “vivir bien” porque nace desde las emociones que nos dan equilibrio, mientras el quehacer nos permite “estar bien” porque somos productivos.


 Recuerda que la felicidad es el camino que se construye en la cotidianidad y si tu vocación y lo que haces para vivir “bien” van de la mano eres un afortunado con ese PRESENTE llamado vida.


 Hasta la próxima historia, comenta y comparte. Dra. Sandra Gómez Patiño.

 

 

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