jueves, 20 de agosto de 2020

Cinismo político

 


 

 



Juan José Ríos Ríos

 

 

Aunque los pocos actos de corrupción cometidos por funcionarios públicos en activo y que llegan a ser del conocimiento público, principalmente por las redes sociales, no son nuevos, es cuestionable la reacción que provoca en algunos de los políticos señalados, o de los dirigentes de los partidos a los que pertenecen o militan, que suelen rasgarse las vestiduras haciéndose las víctimas de persecución política o bien declarándose inocentes, no sin antes, algunos de ellos, tramitar amparos para evitar su detención y ser sujetos a proceso penal.


            Este cinismo que exhiben ex gobernadores, ex diputados, ex senadores, ex presidentes de México, y alguno que otro del mismo nivel en activo, es la prueba más palpable de lo corrupto en que se ha convertido la política y los mismos partidos que son parte del sistema, derivado de la falta de aplicación de la ley que en el papel sanciona los actos corruptos cometidos por unos y otros, pero que en la realidad casi todos se salvan de ser sujetos a proceso, a excepción de los que se salen del huacal o sistema, entonces sí todo el peso de la ley, su ley, en contra de éstos.


            Forma parte muy importante de esta corrupción lo que los políticos y los partidos manejan como sistema democrático, cuando por ello se mantiene una sarta de organismos, partidos y hasta candidaturas independientes, que cuestan muchísimo dinero que se destina a su sostenimiento, para hacer campañas, recursos públicos de los que nunca se sabe su destino real, de los que no se da cuenta a nadie y cuando la institución responsable directa de sancionar partidos, políticos y fondos económicos que se les otorga, hasta la fecha no hace su trabajo, ha sido omisa y por lo tanto cómplice y parte del sistema imperante.




            Está muy cerca el período para el inicio del proceso electoral para el 2021, ya se tiene presupuestado el dinero público, producto del pago de impuestos de los ciudadanos, que se les destinará a cada partido político, ya no se diga para sostener el aparato “paladín de la democracia” que representa el INE, por cierto con salarios exorbitantes todos sus componentes, por lo que todo vuelve a la “normalidad”, no pasa nada, la función debe continuar bajo las mismas reglas y procedimientos, que al fin de cuentas los ciudadanos aguantamos eso y más.


            Pero, en realidad, esto ya no es posible, sobre todo ahora que se ve un destello de luz en el fondo, cuando por fin se está sometiendo a la ley actos de corrupción y a sujetos parte de ellos, porque mientras los representantes de los partidos exigen pruebas, cuando salen a flote, exigen justicia o expulsan a sus militantes que antaño cumplieron cargos importantes o aun los desempeñan, se exhiben como ajenos al hecho e incluso se hacen las víctimas de persecución política, actitudes que no debe de engañar a la sociedad, son posturas falsas, actos de cinismo para seguir siendo parte de una forma de obtener y beneficiarse de recursos públicos, tirados a la basura, porque una buena parte de sus miembros, convertidos en funcionarios, son eso, basura, que debe estar en su lugar, no como vividores de los bienes públicos.


            El remedio está en la gente que está harta de partidos y de políticos corruptos, para ello debe participar activamente, emitiendo su voto en el proceso electoral venidero y poniendo a cada quien donde merece. Si no es así, nada pasa con quejarse y mantenerse al margen.


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