miércoles, 9 de mayo de 2018

El SAT no siempre es el enemigo






Samuel Gómez Patiño


Hace algunos años, estando dando mi clase les platicaba sobre la ética en los negocios y un tema que salió en la conversación fue el pago de impuestos y la correcta utilización que el gobierno debe hacer con ellos. El caso es que una alumna levanto la mano para comentar lo que opinaba su mamá sobre el pago de los impuestos:
Mi mamá me dice que no paga los impuestos de su negocio porque el gobierno se lo roba para beneficiarse.

Es curioso que queremos vivir en un país primermundista (si es que existen) pero seguir  pensando como nación tercermundista. Soñamos con un país ordenado, limpio y honesto, pero solo cuando nos conviene. Para mí la democracia significa participar activamente y votar y si pierdo, aceptarlo y ayudar a mejorar a nuestro país. En el mejor de los casos me molesto y no actuó, pero por lo general además de enojarme me convierto en la piedra en el zapato del que gana.

            Supongo que alguna vez has escuchado el cuento de los cangrejos, bueno de todas maneras te lo voy a contar:

            En dos cacerolas tenían cangrejos, unos de origen japonés y los otros mexicanos. Una de las cacerolas tenía una tapa que evitaba que pudieran salir los animales mientras que la otra se encontraba destapada. Entonces alguien le pregunto al cocinero porque estaban así, a lo que él le contesto:

Mira, los cangrejos japoneses están tapados porque cuando uno logra llegar a la salida empieza a jalar a los demás para salir todos. En cambio los cangrejos mexicanos, cuando se dan cuenta que uno de ellos está a punto de lograr llegar arriba los demás lo jalan para evitar que se vaya, no ocupan tapadera.

Escucho a muchos mexicanos concentrarse en los problemas, perder tiempo y energía lamentándose por su “mala suerte”, y no en encontrar soluciones, en aportar y participar en el cambio. No nos queremos comprometer. Pero para criticar, para eso somos excelentes.

Todo esto sale a relación de un artículo que leía en días pasados de que el SAT va por los médicos, dentistas y otros profesionistas, lo que me hace reflexionar sobre varios puntos que deberíamos todos de entender. Los que trabajamos de manera formal como en mi caso, maestro universitario, pago a través de mi patrón mis impuestos. Cada peso que recibo es gravado, retenido y pagado a Hacienda cada año, y en la mayoría de los casos ni siquiera estoy exento con los pagos adicionales. También consumo, y por lo general me cuesta en impuestos el 16 % a través del Impuesto al Valor Agregado (IVA); la universidad declara y paga aproximadamente un 35 % de mi sueldo (Impuesto al trabajo, mejor conocido como Impuesto Sobre la Renta) y al sumar el del consumo vengo pagando en impuesto alrededor del 45 al 50 % aproximadamente.

Los trabajadores informales, no declaran el ISR y solo contribuyen al erario con el pago al consumo (IVA), y en este país existe un porcentaje muy alto de personas en este status, no contribuyen al gobierno pero igual exigen el cumplimiento de este para obtener los servicios pagados a través de los ingresos que obtiene vía impuestos Hacienda.

Y encontramos otros contribuyentes, que teniendo la obligación de declarar y por supuesto contribuir al erario, lo evaden, muchos de ellos profesionistas que se vieron beneficiados con estudios en escuelas públicas administradas con recursos de los que si contribuyen. Estoy seguro que has acudido a una consulta médica que no te facturan, o contratado los servicios de un abogado que tampoco te da un comprobante fiscal y así, encontraremos muchos servicios de profesionales que con el pretexto de no cobrarte el IVA y apoyados en que no lo podemos deducir evitan entregar el comprobante y por lo general no declaran el total del ingreso.

Pues bien, este fue el primer año que hice declaración como persona física y me encontré con algo interesante, obtuve una devolución de impuestos ya que excedió lo que la universidad declaro y pago por mí, y debido a los ajustes ahora sé que si voy al médico, al dentista y hasta con un psicólogo (me parece que lo voy a necesitar para conocer este México bizarro), puedo deducir una parte, aunque debo hacerlo a través de tarjeta bancaria o transferencia electrónica, y por supuesto no soy al que busca el SAT, sino poner en orden a todos los que por años se han aprovechado. Lo que es justo debe de ser justo.

Por cierto, a la alumna le conteste que estaba de acuerdo con su mamá, pero también le dije:

-Dígale a su mamá que sea congruente. Mientras no quiere pagar sus impuestos por las ganancias de su negocio, si quiere tener a su hija estudiando en una escuela pública. Dígale también, que ella está mal, porque se está aprovechando de los contribuyentes que si pagan los impuestos para que haya educación. Por favor, dígale que la inscriba en una escuela privada y que pague su educación en lugar de sus impuestos.

La próxima semana, IVA para todo, pero menos ISR para todos.


             Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California



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