miércoles, 30 de mayo de 2018

Una propuesta para la mejora de la práctica educativa




*Mtra. Leticia López del Toro


En la actualidad, son notables los cambios que están aconteciendo en torno al ámbito educativo; reconocer, analizar, comprender y explicitar los elementos y las acciones que se desarrollan en dicho contexto es primordial y trascendente en nuestra sociedad.   El Sistema Educativo de nuestro país, ha iniciado un proceso de transformaciones donde en particular, se requiere de calidad docente; es decir, profesionales con una adecuada formación, autónomos, creativos y sobre todo con capacidades de actualización permanente que les permita hacer frente a los cambios y sobre todo generarlos.   En consecuencia, uno de los grandes retos que enfrento como docente, es la búsqueda constante para mejorar los resultados educativos, sobre todo en la diversificación de las oportunidades de Formación Continua y desarrollo profesional para los docentes en servicio.



Para retomar este proceso de cambio y transformación de la práctica docente, la investigación de la misma es una valiosa alternativa que requiere del esfuerzo de los profesores. Así pues, Bazdresch, (2000) señala que para lograr este propósito es necesario implementar un método a partir de la acción educativa, para reconstituirla, resignificarla, teorizarla e intervenirla para transformarla.

En otras palabras; la investigación de la práctica se convierte en un proceso intencionado y articulado que permite construir y repensar acciones orientadas hacia la innovación, entendida esta no como un proceso de vanguardia, sino dirigido a concretar y caracterizar los cómo y las relaciones docencia-aprendizaje de forma vivencial, con la intención de encontrar un resignificado y a partir de ello generar conocimientos, principalmente en el trabajo del aula, donde se materializa y reconstruye la realidad.

En este sentido, la profesionalización docente se convierte en una competencia a la que se le da prioridad para desarrollar a lo largo de nuestra carrera. El análisis fundamentado de la actividad educativa es una oportunidad para reconstruir las capacidades, expresadas según Delors, (1994) en el aprender a conocer para adquirir los instrumentos de la comprensión; en el saber hacer, para poder influir sobre el propio entorno; el saber convivir, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; y finalmente, aprender a aprender para llegar a ser, proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. 

En efecto, desde esta perspectiva, el rol del docente gira en torno a plantear las condiciones para redescubrir el conocimiento y para construir capacidades para el autoaprendizaje; renovarse en la docencia a partir de los procesos de formación, de análisis de los resultados de aprendizaje, de encontrar sentido en esos procesos de relación y los saberes que se generan desde la propia práctica docente.


*Asesor académico CAM Cd. Guzmán


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