lunes, 17 de diciembre de 2018

Feliz preparación de la Navidad








 Un momento por favor     

José de Jesús Juárez Martín





Navidad: Palabra mágica, que arroba espíritus e ilusiones en un turbulento siglo XXI, donde parece diluirse el reflejo de tiempos pretéritos que cincelaron con reflexión, trabajo y cariño el presente dinámico materializado y que en una explosión de autosuficiencia miran el futuro como destino colectivo, emanado sólo de la voluntad y acciones humanas...

Navidad: Apocope de natividad: nacimiento, desde hace más de dos milenios tiene la connotación del cumplimiento del suceso esperado por el pueblo elegido por Dios, su pueblo desde la alianza bíblica de Israel y el mismo Dios.  El histórico Abraham desde la remota Ur ciudad mesopotámica, alejada temporal y geográficamente fue el centro de convenciones en la antigüedad histórica para dar inicio de la salvación de una errática humanidad que caminaba como rebaños sin pastor, para materializar la venida del salvador de la humanidad y la plenitud de los tiempos, llegó en tiempo de Augusto César, que como estadista deseaba saber cuántos pueblos y personas estaban bajo el control romano y José, descendiente de David, fue de Nazaret a Belén de Judá para inscribirse con María su esposa que estaba en cinta.  Lc 7 “Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada...”.

En nuestro México, la celebración de la navidad cristiana se inicia con la evangelización en el siglo XVI, casi quinientos años de llenar corazones y mentes con la recreación del nacimiento del Niño Dios, hecho hombre de la imborrable imagen, del coro de ángeles, cantando su mensaje de “Gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad...” la adoración de los pastores que prestos estuvieron con su  reconocimiento y su fraternal regalo... ¡ah! y la simbólica ofrenda de los Magos de Oriente, anunciados por la estrella, misterio de fe y ternura que nos regalaron nuestros padres y que forma parte del patrimonio afectivo nuestro irrenunciable en la sobrevivencia en el  camino de la vida...

Este es el hecho que se sustituye con formas, expresiones que nos arrancan identidad y nos globalizan en las redes mercantiles, de origen también en el mismo hecho que hermana a la humanidad en el recuerdo del nacimiento de Jesús, porque San Nicolás Obispo del Siglo IV según leyenda,  por la chimenea de la casa donde estaban secuestradas tres hermanas para ser prostituidas, él arrojó monedas para que pudiera una de ellas pagar la dote para casarse y al intentar hacerlo en otra ocasión fue descubierto por el padre de las jóvenes, agradecido y arrepentido de sus intenciones malévolas, volvió a proteger a sus hijas. Además se asegura que repartía regalos a los niños en su cercanía por Navidad  el primero teniéndolo como centro de la celebración los segundos, significando los regalos.

La historia del actual personaje de Santa Claus, se remontan sus raíces a este Santo Obispo San Nicolás de Bari mencionado, muy estimado por niños y personas de la población en su tiempo. Al ignorarse el sentido religioso de la Navidad se convirtió en el personaje bonachón de estridente y característica sonrisa de jo... jo... jo... utilizado por los comerciantes y un símbolo de acercamiento humano entre las personas, sin problemas de origen racial, geográfico o diferenciación por las vivencias religiosas. Es pues una transformación que en alguna forma ha particularizado y explotado la compañía refresquera más importante en el mundo, haciendo una historia de su lugar de origen y su trineo increíble que llega a todos los lugares por el espacio con sus renos polares de resistencia de leyenda y sin gastos de combustible. La tan aceptada fórmula de ¡Feliz Navidad! Breve, cordial y fácil en Navidad, sustituye, no supera los deseos vivenciales  que “El Niño recién nacido, te colme de bendiciones a ti, familia y las personas que se relacionan contigo. 

Es tiempo oportuno de enseñanza a los menores e hijos intentar en nuestro entorno,  que la Navidad es el cumpleaños del Niño Dios  hecho hombre, a quien buscaron los Magos de Oriente para entregarle sus regalos característicos de mirra, incienso y oro, y que, San Nicolás le entregó su vida en su ministerio a los más pobres por el amor a Dios. Dar por amor es una virtud evangélica.




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