lunes, 15 de febrero de 2021

Año de México… ¿y de Jalisco?


 

 

Pedro Vargas Avalos

 


Ya sabemos que pueblo que no conoce su historia, vuelve a repetirla. Es decir, se tropieza dos veces con la misma piedra. Ciertamente la Historia, es luz de las naciones, maestra de la vida y, por consiguiente, gobierno y comunidad debemos conjuntamente pugnar porque se cultive.



El presente año de 2021 fue declarado por el gobierno federal como “Año de la Independencia y de la Grandeza de México” y para conmemorar sus efemérides, se integró una Comisión Presidencial para la Conmemoración de Hechos, Procesos y Personajes de México.


Los sucesos torales son los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán, 500 años de la Memoria Histórica de Tenochtitlán, es decir la caída de la capital azteca y 200 años de la consumación de la Independencia, al entrar (el 27 de septiembre de 1821) el ejército Trigarante a la capital mexicana. Independientemente de esos acontecimientos que son una especie de eje, se irán a celebrar actos como el aniversario luctuoso del Gral. Vicente Guerrero (14 de febrero), la Promulgación del Plan de Iguala (24 del mismo mes); también el 19 de junio por el deceso del poeta Ramón López Velarde y el nacimiento de Simón Bolívar el 24 de julio.


Hay otras efemérides que serán encomiadas, como la de agosto 24 que fue la firma de los Tratados de Córdoba (donde se convino en 1821 la Independencia nacional y la retirada de las tropas hispanas de la capital del país, firmado por Agustín de Iturbide, y por Juan O'Donojú, el último virrey español. Se incluye el natalicio del Siervo de la Nación, Don José Ma. Morelos que sucedió el 30 de septiembre de 1765.





Novedosos, aunque justos, son los que conllevan una especie de “mea culpa” por agravios inferidos a los pueblos yaqui, maya y a los emigrantes chinos.


Como se puede ver, los acontecimientos son trascendentes, aunque susceptibles de contradicciones o críticas, porque como se dice popularmente, “Ni están todos los que son, ni son todos los que deben estar”. Porque, así como se recuerdan aniversarios luctuosos de próceres, la interrogante es porque no se incluyeron otros de enorme magnitud, tal es el caso del Padre de la Patria (Hidalgo), del vencedor Gral. Ignacio Zaragoza, del Benemérito de las Américas (Juárez), del Apóstol de la democracia (Madero) o del expropiador del petróleo (Cárdenas). Y desde luego de algunas heroínas, como Josefa Ortiz de Domínguez o Leona Vicario.


Y en cuanto a la figura ingratamente excluida de nuestros fastos nacionales e injustamente sacrificado, la de D. Agustín de Iturbide, ¿se le irá a restablecer en los altares patrios, como corresponde a un libertador? Desde luego, como humano que fue, con sus defectos y virtudes.





El presidente de la república, expresó: “Vamos también a exponer la grandeza de México en lo artístico, en lo cultural; habrán exposiciones de códices, de piezas arqueológicas, de pintura, mucha música, los desfiles del 16 y 27 de septiembre con la representación de ejércitos de países hermanos. Estamos trabajando de manera conjunta para este año…”. Y al respecto se informó que habrá cinco comités para coordinar las acciones que realizarán diferentes dependencias federales. Estos organismos se encabezarán por las secretarías de la Defensa Nacional y la Armada; la de Cultura, la de Economía, Educación Pública y Relaciones Exteriores.


Marcelo Ebrard, el flamante y omnipresente canciller, manifestó: “Además, habrá actividades culturales en más de 65 ciudades de las 32 entidades federativas de la República…Sin temor a equivocarme podría decir que será el evento más relevante de presencia de México en el mundo en lo que va de este siglo. (…) Es un esfuerzo de unidad y proyección de la grandeza mexicana y por supuesto de toda la sociedad”.


Visto lo anterior, uno se pregunta, ¿y en todo ello que hace o que hará el Estado de Jalisco? Porque innegablemente que nuestra Entidad fue y es un pilar importantísimo en la edificación de esas grandeza del país, comenzando con el adoptivo neogallego Bernardo de Balbuena y su Grandeza Mexicana en el siglo XVI, la Abolición de la Esclavitud en 1810 (6 de diciembre) que puso a México en el liderazgo mundial de los Derechos Humanos. Y no debemos olvidar que Jalisco fue primero en declarar la independencia (el 13 de junio de 1821, antes que se proclamara en México); que es cuna de la República Federal, ariete de la Reforma, escudo ante la Intervención francesa (La Coronilla fue su tumba, precediendo al Cerro de las Campanas), aportador del Derecho de Amparo (con Otero y Vallarta, uno creándolo y otro fortaleciéndolo) y para no hacer más grande la lista, pionero de la Revolución con Manuel M. Diéguez y culminador de nuestra regeneración política con Luis Manuel Rojas, autor del Proyecto de Constitución de Querétaro y presidente del Constituyente.


Con todo lo anterior, surge la interrogante: ¿Por qué en nuestro Estado no se ha creado una Comisión para enaltecer su Grandeza? O que, ¿también eso va dentro del paquete de contradecir un día sí y otro también al gobierno de la Cuatro T?


Confiemos que nada de eso exista y que pronto nuestro hermoso e histórico Jalisco se sume al esfuerzo de conmemorar las efemérides locales, incuestionables factores de la grandeza de la Entidad, de Guadalajara y de nuestra patria. 




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