martes, 17 de enero de 2017

En el año nuevo: protestas violencia


>Un momento por favor 



J. Jesús Juárez Martín




El aumento a los precios de las gasolinas, el diésel, y la energía eléctrica, decretada por el Gobierno de la República para el inicio del año 2017, muestra con reacciones la condición deplorable del aprecio del pueblo por sus autoridades y el desprecio de los mexicanos por la conducción política pública federal, administrativa y con valoración actualizada.

Nos hicieron creer al inicio del sexenio que no habría más alzas a los hidrocarburos, electricidad y gas doméstico y hasta pronosticaron reducción de precios, en su confusión y anhelos de convencer, les salió el tiro por la culata y ahora adelantaron “el año de Hidalgo”.

Los discursos, las explicaciones repetitivas de funcionarios gobernantes, en especial de Enrique Peña Nieto, parecen disco rayado, presentándose como víctimas de incomprensión, ante las protestas fundadas y los excesos de violencia y rapiña que muchos aprovechan la situación de oídos sordos de la autoridad, de dejar hacer; reflejo de la creciente y negada gobernabilidad. Varios estados la seguridad social la sostiene el Ejército o fuerzas locales que pretenden defenderse de ataques del gobierno o de la delincuencia.

De entrada, la situación se escapó de control, como son poderosos, aguantan los ataques que daña más a la población que a los Pinos, Casa Blanca, a edificios de las Secretarías y según su pensamiento procesan acciones de acuerdo a sus intereses, no para solucionar problemas sociales, sino su seguridad, sus intereses y hasta lo que consideran prerrogativas y legitimidad. 

Pareciera que el sentido común volatizó los problemas de inseguridad, la violencia radicada y sólo tratando de sofocar protestas y desmanes con relación al gasolinazo, sin alternativa de solución, golpea esta vorágine social. Ahora sin desconocer la magnitud de los ilícitos recientes, los problemas de la gobernabilidad parecen sepultarse, continúan sin solución los problemas cotidianos. Padecemos  problemas graves como la violencia delincuencial, el pobreza extrema en un alto porcentaje, corrupción, la reforma educacional que el magisterio rechaza, no valida las reformas laborales, administrativas y aún sin cambio de contenidos educativos de varios lustros, resolver, convencer en la negativa, dará mejor ambiente laboral, , las exigencias de fondo se postergan en tiempo su solución, quitar la burbuja grave del descontento parece lo esencial, se anticipan tiempos electoreros, sin reconocerse los errores, circunstancia que no permite visualizar soluciones de fondo.

Una crítica constante de los priistas a los gobiernos de otros partidos ha sido señalarlos como carentes de ‘Visión de Estado’, aunque el gobierno no muestra rumbo de final seguro. 

¿Cómo podemos comprobar esta circunstancia de confusión de ideas, de contradicciones? Tomemos algunos ejemplos para exponer la circunstancia: el mensaje del presidente del 5 de enero, se convierte en un resumen ilustrativo.


 El aumento de los precios a los combustibles son chispas del estruendo de situaciones preexistentes sociales, económicas, educativas, políticas.

Afirman que ponen el precio internacional a los combustibles porque hay aumento en los precios del petróleo. No se dan cuenta que alguien les señala que el impuesto directo a las gasolinas excede el 43 por ciento.  ¿Por qué anuncios irresponsables?  “No mas incrementos”.

¿Por qué la gasolina expendida de PEMEX en México, cuesta más que la que venden allá en el país del dólar o en la frontera? ¿Es confesión del desvío de impuestos la afirmación reciente de E. P. N. que del aumento a las gasolinas el Estado no recibirá nada? ¿y el famoso impuesto del  IEPES?... Entonces están más efectivos que los ordeña ductos.

 “El Gobierno no recibirá ni un centavo más de impuestos por este incremento”. Entonces, repito: ¿A dónde va la parte del Impuesto Especial para la Producción y Servicios, IEPS, incluido en el nuevo precio, si no es a los programas que, supuestamente, dice que se colapsarían?

Los excesos en los salarios, dietas, pensiones de ex presidentes. La crítica señala  la estrategia electoral de los  subsidios excesivos, que no garantizan la vida democrática, sino el despojo a la raquítica economía actual de México. Después de cuatro años de ejercicio gubernamental con el deterioro de credibilidad para avalar a gobernantes y en especial a Enrique Peña Nieto, los hechos de gobierno, por cotidianos, importantes y necesarios, ciertamente, se magnifican con programas, juicios, declaraciones, comentarios, hechos de la de la situación económica, política, seguridad social...
COPARMEX pone en entredicho el Pacto para Protección de la Economía de las Familias, aprobado el lunes 9 de enero en los Pinos, al afirmar que un pacto y sus conclusiones necesitan tiempo para formalizarse positivamente

Finalmente nos pide el Presidente Peña en sus apariciones televisivas de cada día, que la unidad que ha fortalecido con desaciertos, incapacidad; que ya no lastime, que se fortalezca y sea la herramienta de los mexicanos para afrontar, para apoyarle en sus programas para superar las crisis que sembraron en la insensibilidad social. 


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