jueves, 7 de julio de 2022

Las baras de justicia: el distintivo de los antiguos tlayacanques


  

Fernando G. Castolo*

 

 

"Juan Tepano nos lo estuvo contando todo (...) mientras acariciaba su antigua Vara de Justicia, hecha de madera incorruptible, con casquillo y contera de plata. Cerca del puño, a la Vara le colgaba un listoncito tricolor..." ("La feria" (1963), Juan José Arreola).



Las "Baras de Justicia" son, por excelencia, el distintivo de autoridad de los viejos Tlayacanques, indios principales que encabezaban las acciones de la antigua Comunidad Indígena o República de Indios de Zapotlán. No existe (o, cuando menos no lo hemos localizado) un documento que señale el origen de esta organización, aunque en varios papeles decimonónicos ya se habla de ello.


Estos Tlayacanques o Cabezales, eran cinco y representaban a cada uno de los barrios indígenas: De la Asunción, Del Sacramento, De la Purificación, De Todos Santos y De los Santos Reyes. Estos Tlayacanques, para simbolizar su poder y autoridad, portaban una especie de bastón de madera incorruptible. La llamada Primera Bara (o Vara) se encargaba de las relaciones de la comunidad Indígena con la autoridad eclesiástica; la segunda Bara de las relaciones con la autoridad civil; la tercera con lo referente al comercio; la cuarta con la educación; y la quinta con el tránsito, las aguas y los asuntos varios.





"Desde que yo tengo uso de razón, siempre hemos sido cinco los Tlayacanques y cinco los tequilastros, que son nuestros segundos (...) Cada Tlayacanque tenía que ver desde el principio con una cosa distinta (...)". ("La feria" (1963), Juan José Arreola).


En otros documentos se señala que el número de cinco Tlayacanques corresponde a la administración y representación de las cinco cofradías que poseía la Comunidad Indígena desde los tiempos del virreinato: De Nuestro Amo (o Del Santísimo Sacramento); De la Purísima Concepción (o El Calaque); De las Ánimas (o Cerrillos); De Nuestra Señora del Rosario (hoy viejo casco hacendario); y Barranca de Platanar (en el pueblo de su mismo nombre). Las "Baras de Justicia", ya en pleno siglo XX, quedaron depositadas, en franca muestra de un verdadero acto de fe, en manos de don Antonio Arias Pedroza, aquel célebre mayordomo que tuvo la osadía de coronar las Sagradas Imágenes en el recordado año de 1957; personaje que, por alguna extraña razón, se convirtió en representante de los intereses de la Comunidad Indígena, en el eterno pleito de la reintegración de sus ancestrales posesiones de tierras. Un buen día, uno de los herederos del señor Arias, entregó a perpetuidad dichas Baras de Justicia, para su salvaguarda, a la rectoría de la Santa Iglesia Catedral y al recinto archivístico municipal, donde permanecen hasta nuestros días, conservadas como celoso tesoro patrimonial de la antigua Zapotlán el Grande.


"--A todos se les ha olvidado que nosotros los Tlayacanques seguimos siendo autoridad, quieran que no. Esta vara de tampincirán que yo tengo en la mano es la misma (...)" ("La feria" (1963), Juan José Arreola).




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