miércoles, 20 de julio de 2022

Libaneses en Zapotlán

 



 

Fernando G. Castolo

 

Inspirado en uno de los textos de nuestro celebrado Juan José Arreola, diremos que un buen día, de pronto, aparecieron por las calles de Zapotlán gente extraña; por todas partes se veían, y hablaban y vestían de una forma que nomás se conocía por algunas películas.



La gente les decía "húngaros", y se imaginaban que estaban en busca de algún oso que se les perdió en las faldas del Nevado de Colima... Por los años treinta del pasado siglo, el entonces Presidente Plutarco Elías Calles, permitió el ingreso al país de familias venidas del lejano oriente, especialmente de Líbano, y muchas de ellas se radicaron en nuestro pueblo.


Ahí tenemos a varios linajes de apellidos extranjeros que hoy son parte de nuestra identidad: Baruqui, Weber, Zacarías-Urtiaga, Dipp, Manzur, Anisz, Levy... familias todas ellas que dominaron el panorama social de la ciudad durante la primera mitad del siglo XX. Sus miembros, con el tiempo, se radicaron en otras ciudades de mayor importancia, donde descollaron sobremanera en el arte del comercio. Claro, no todas estas familias se radicaron específicamente en la época señalada; algunas ya tenían presencia local desde finales del siglo decimonónico.





La gastronomía que traían consigo le dio un giro peculiar a lo que nosotros engullíamos. Las especies se empezaron a utilizar con más frecuencia en los platillos locales, así como las harinas de trigo. Las novedades en los productos que ofertaban fascinaron la curiosidad de los lugareños, así como también el corazón de paisanos y paisanas, dado que los matrimonios con los nativos y nativas no se hicieron esperar.


Existen hoy en día notables familias que ostentan estos apellidos como los Briseño Dipp, los Weber Chávez o los Preciado Zacarías-Urtiaga, por mencionar algunos ejemplos. Algunas damas pertenecientes a estos linajes, destacaban por su belleza y, muchas de ellas, fueron reinas o princesas de las festividades locales.


 Es cierto, en el principio, muchas de estas familias comenzaron con un comercio barato y accesible, distinguidos siempre por su arte en la atención al cliente; pero, al paso de los años, llegaron a detentar verdaderos emporios comerciales que dominaron el mercado regional, como fue el caso de los Baruqui.


Y qué decir de los Anizs, que tuvieron la visión de impulsar la fundación de la fábrica de papel de Atenquique, el mejor "trusts" de la historia regional de estas familias que practicaban el judaísmo. Zapotlán enriqueció su panorama cosmopolita con la presencia de libaneses, llegando a destacar en el ámbito nacional el actor Pedro Manuel Weber Chávez (Ciudad Guzmán, 1933), sin duda alguna, un orgullo para esta tierra que supo ser cobijo de estos extranjeros que se paseaban por las calles y la Plaza de Armas de Zapotlán, y por todas partes descendieron como escalas de Jacob.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts