miércoles, 24 de mayo de 2017

Vidas paralelas



Samuel Gómez Patiño


El mayor orgullo que podemos sentir como maestro es ver triunfar a nuestros alumnos. Poder presumir que lo tuvimos en el aula y que pusimos un granito de arena en la formación de una persona capaz de aprovechar su conocimiento en aras de una sociedad mejor. Escuchar ¡Gracias! En voz de alguien a quién le dedicaste parte de tú tiempo, de verdad no tiene precio.


En este año cumplo 31 años de maestro universitario, pero inicie mi carrera dos años antes en escuelas de comercio y en un CONALEP en Tijuana y desde entonces no he dejado de trabajar como docente. No sé si he dejado huella en cada uno de mis alumnos, varios miles a través de estos años, pero cuando tengo la oportunidad de conocer los éxitos de ellos me hincho de orgullo (los envidiosos dicen que es panza de sobrepeso) y disfruta quizás más que ellos mismos.

Siempre he intentado ser un maestro estricto pero justo y he preferido que se acuerden de mí por eso que cuando no puedan resolver problemas me critiquen por no haberles enseñado. Estoy en la transición (que inicio hace algunos años) de en lugar de encontrar a mis maestros como compañeros docentes ver a mis alumnos impartiendo las clases. Me estoy preparando para cerrar este ciclo, pero por lo pronto sigo empeñado en lograr de cada alumno una persona diferente y esto último, sólo ellos saben si lo logre.

El martes 16 de mayo de este año, fui invitado a la ceremonia de premiación de una de mis alumnas y ahora compañera de trabajo. La Asociación Alianza de Mujeres, A. C., le dio el reconocimiento “Mujer de éxito”, a una mujer, madre, hija, hermana, esposa, compañera de trabajo y catedrática destacada en su carrera profesional y ejemplo a seguir por quienes la conocemos, sus alumnos y ahijados. Miembro de uno de los cuerpos académicos más destacados de la UABC, “De productividad, competitividad y capital humano” y coordinadora del área de recursos humanos ha demostrado su capacidad por la docencia y la investigación. Premiada por sus ponencias no sólo en el país sino también allende las fronteras, ha escrito varios libros en coautoría del grupo de investigación sobre todo en temas relevantes del área humana de las empresas. La primer mujer con el nombramiento oficial en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), y madrina de varias generaciones de universitarios, la Doctora María Virginia Flores Ortiz es un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones, sobre todo de mujeres que luchan por un espacio en un mundo normal…de hombres. ¡Enhorabuena y felicidades por esta distinción!

Seguro alguna vez te has preguntado la razón de conocer a alguna persona, que hilos se mueven para que estemos en el mismo espacio y tiempo compartiendo momentos agradables y en algunas ocasiones difíciles, pero sobre todo no nos explicamos cuando tienes tantas experiencias conjuntamente. Este es el caso curioso de la vida profesional de la doctora Virginia y de su servidor.

Estudiamos la misma licenciatura, pero ella fue mi alumna, destacada gracias a sus hábitos de estudio y convicción por lograr algo en su vida, por lo menos no tiene quejas de mi clase. Tiempo después ingreso como maestra de asignatura a la Facultad y se volvió mi compañera de trabajo. En aquellos tiempos sólo se nos podían asignar alrededor de 20 horas de clase pero la administración nos contrató con 10 horas extras con lo que cumplíamos con las asignaciones de coordinar a otros maestros, tutorar alumnos y ayudar en algunas actividades administrativas.

Cambiaron ciertas disposiciones en la universidad para contratar maestros de medio tiempo o tiempo completo, entre ellos que tuviéramos una maestría y el caso es que ninguno lo teníamos así que pasamos a ser maestros de asignación e iniciamos los estudios de maestría, ella siguió hasta terminar el doctorado en Ciencias Administrativas mientras yo me quede sólo con la maestría en Administración. Al terminar pudimos participar en los concursos de oposición para obtener el tiempo completo, paso que logramos los dos.

Entramos a formar parte de los profesores de tiempo completo y trabajamos en la Acreditación de la facultad y entonces nos dimos cuenta de algo curioso, cuando el órgano acreditador solicito los expedientes de los maestros adscritos a la facultad se habían perdido los nuestros, por lo que tuvimos que integrar los casi 15 y diez años de trabajo otra vez.

Trabajamos en conjunto para hacer de nuestra carrera, la licenciatura en administración de empresas, una de las más fuertes siendo su servidor coordinador de esa carrera y ella del área de recursos humanos; gracias a su iniciativa se realizaron actividades anuales de participación de conferencias, talleres y eventos culturales y deportivos, naciendo así los Congresos Internacionales del PROCOMCAP, que a la fecha sigue realizando a pesar que las autoridades de la facultad no la apoyan.

La siguiente semana, la segunda parte de vidas paralelas.


Me gustaría leer tú opinión, puedes escribirme al correo samuelgomez@uabc.edu.mx o en Facebook: Samuel Gómez Patiño

*Vicepresidente Educativo del Club Toastmasters Ejecutivos de Tijuana
Licenciado y Maestro en Administración de Empresas
Catedrático en la Facultad de Contaduría y Administración, en Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California


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