viernes, 26 de mayo de 2017

Arte, cultura y educación

Mercedes Imelda Avalos Ruiz


Los conceptos que sirven de título a este artículo, los consideramos muy conocidos en nuestra actual sociedad, en cualquier estrato, ámbito o contexto. Creemos conocerlos y quizá podamos definirlos según nuestra percepción y no muy alejados de su real definición.


Se puede considerar que en la actualidad se han vaciado de contenido estos elementos que forman parte de la vida cotidiana de cualquier sociedad como consecuencia de la propia evolución e innovación disciplinaria y vanguardista; de modo que pudo hablarse de la muerte del arte al descuidarse su atención en los ámbitos educativos, empapándonos de popularismo en los avatares de cada día y olvidando el papel de promotores que tenemos quienes participamos en dichos espacios y en diferentes niveles, por ello es importante la intervención de los padres de familia y cualquier adulto que interactúe con niños y jóvenes para ayudarles a forjar nuevos horizontes de mejor clase y diversidad.

La influencia que se ejerce en los espacios de educación formal, no formal e informal, es trascendental e impacta de la mejor manera, por los medios que se tengan al alcance, es relevante; ya que ofrece a las nuevas generaciones infinidad de beneficios. Gracias a la educación artística en las escuelas, los niños pueden conocerse mejor a ellos mismos, expresar su mundo interior, se favorece su creatividad y plasman su imaginación, pasando de lo utópico a lo real. El arte se puede disfrutar de muchas maneras; a través de la pintura, el teatro, el baile, el dibujo, el canto, aprendiendo a tocar un instrumento, etc. Es una materia que se relaciona con los sentidos. Si los padres de familia apoyan a sus hijos a continuar desarrollándose favorablemente con clases extracurriculares, lograrán que se mejore la actividad cerebral y alcanzar más fácilmente otro tipo de conocimientos, en especial los relacionados con matemáticas, lenguaje y comunicación.

Este tipo de actividades permite un desarrollo cognitivo inimaginable, estabilidad emocional y apropiación de una habilidad deductiva para resolver problemáticas situacionales. Los niños que crecen aprendiendo y dominando alguna actividad artística, adquieren seguridad y popularidad en su juventud y son adultos más realizados y centrados.

Las artes sensibilizan los sentidos y agudizan el aprendizaje, ya que la educación artística se basa en la observación atenta de diferentes tipos de eventos para luego reproducirlos de la manera más exacta posible, pero de acuerdo a una interpretación muy personal, con una gran diversidad de estrategias y modalidades. Por ello las artes pueden ser consideradas como una estrategia educativa dentro y fuera del aula.

Para su enseñanza se tienen en cuenta elementos que deben pasar primero por los sentidos de los niños, como por ejemplo; ser vistos, oídos, olidos, tocados, observados y detallados. De esta forma, pueden ser procesados e invita a los niños a expresarse sin temor, bien sea a través de la manifestación de diversas sensaciones, de estados de ánimo o de inquietudes, entre otras.

Entre los múltiples beneficios de la educación artística y de acuerdo con la opinión de Ken Robinson, analista de procesos educativos, podemos señalar los siguientes:

-El arte nos brinda la oportunidad para conocernos mejor a nuestra propia cultura e identidad. Es un medio que permite sacar el lado más sensible y expresar nuestras emociones, ideas y sentimientos.

-Hay que tener en cuenta que, a través de las diferentes modalidades artísticas, los niños son capaces de desarrollar la imaginación, la sensibilidad, la expresión, la creatividad, la percepción, el sentido del ritmo y del espacio, la memoria táctil, visual y auditiva. No hay que olvidar que estos elementos tienen un peso importante, ya que generan en el alumno seguridad y autonomía, aspectos básicos para nuestra vida diaria.

-La educación artística implica cuatro saberes: ser, saber, hacer y convivir. Por un lado, el hacer se refiere a la práctica, es decir, el proceso por el que se aprende a hacer la obra maestra. Mientas, el saber se refiere a la apreciación estética. El ser incluye todas estas habilidades además de la sensibilidad y la creatividad que supone hacer una obra artística. Todos ellos, son elementos importantes en el desarrollo intelectual del ser humano.

-El arte apela a nuestro lado más sensible. Produce y crea, lo cual le lleva a tener una serie de emociones y de satisfacción propia al generar un nuevo producto o una obra.

-Este tipo de educación concentra la atención y la cooperación de los niños. Las reuniones artísticas con un punto de encuentro entre niños, profesores y padres.  Los propios niños se involucran en lo que quieren generar y se concentrar en sus objetivos para lograr la obra deseada.  Además de ello, tal y como hemos señalado, muchas actividades artísticas deben de hacerse por grupos y esto significa que los pequeños aprenden a trabajar en equipo con más facilidad.

-Ofrece la oportunidad de explorar en nuestra imaginación y, a la vez, la capacidad de desenvolverse mejor en diferentes ámbitos sociales.

Por lo anterior expuesto, tanto en las opiniones personales, como los puntos señalados por Ken Robinson, es importante que como docentes o interventores educativos, implementemos estrategias educativas relacionadas con alguna disciplina artística, para favorecer el desarrollo cognitivo de los niños y, como padres de familia, apoyar la integración de sus hijos en éste campo; si es que pretenden ofrecer oportunidades de un desarrollo más pleno y armónico a los niños y jóvenes, no esperar para después, ya que conforme pasan los años, es más difícil apropiarnos de manera significativa de nuevos conocimientos.


*Asesora en el Centro de Actualización del Magisterio


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