jueves, 21 de marzo de 2024

Dirección buena y ordenada


 


 

Empezamos a hacer el debido uso de nuestra voluntad cuando tratamos de someterla a la voluntad de Dios. Para todos nosotros, ésta fue una maravillosa revelación. Todas nuestras dificultades se habían originado en el mal uso de la fuerza de voluntad. Habíamos tratado de bombardear nuestros problemas con ella, en lugar de intentar hacerla coincidir con los designios que Dios tenía para nosotros.


 

— Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 3

 

No tengo que hacer más que mirar hacia mi vida pasada para ver a dónde me ha conducido mi obstinación. Simplemente no sé qué es lo mejor para mí y creo que mi Poder Superior lo sabe. Dios no me ha fallado nunca, pero muy a menudo me he fallado a mí mismo. Valerme de mi obstinación en cualquier situación tiene normalmente el mismo resultado que tratar de forzar la pieza del rompecabezas que no corresponde — el agotamiento y la frustración.

 




El Tercer Paso abre la puerta al resto del programa. Cuando pido a Dios que me guíe, yo sé que, sea cual sea el resultado, será el mejor posible, que las cosas son exactamente como deben ser, incluso si no son lo que yo deseo o espero. Dios hace por mí lo que yo no puedo hacer por mí mismo, si Le dejo que lo haga.




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