lunes, 18 de marzo de 2024

La Universidad de Guadalajara reivindica su esencia popular

 



Pedro Vargas Avalos

 


Nuestra antigua y ameritada Máxima Casa de Estudios de Jalisco, la Universidad de Guadalajara (UdeG), logró un acto de justicia histórica y obtuvo lo que se ha llamado presupuesto constitucional: esto es un logro magnífico, pero el anuncio de que volverá a ser un centro de estudios que no cobre cuotas, participaciones y en general pagos forzosos por aprender, es una noticia excepcional, porque la reivindica con su particularidad distintiva en su etapa moderna, cuando se refundó -en 1925- bajo el principio de ser pública y ceñirse  al lema de “Piensa y Trabaja”: ser gratuita y para el pueblo.


            Por otra parte, con la publicación en el periódico oficial “El Estado de Jalisco” de fecha 14 de marzo de este año, donde aparece la reforma a la Constitución Política estatal, en su artículo 15 (que instituye la obligación del poder pública de facilitar medios para que personas y grupos se sumen al desarrollo económico, político y cultural de la Entidad), al cual se le agregaron cuatro párrafos en su fracción IV, que precisa: “El sistema educativo estatal se ajustará a los principios que se establecen en el artículo 3o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; estará orientado a promover la convivencia armónica y respetuosa entre la sociedad y …desarrollará además, la investigación y el conocimiento de la geografía y la cultura de Jalisco, de sus valores científicos, arqueológicos, históricos y artísticos, así como de su papel en la integración y desarrollo de la nación mexicana”.


            Los parágrafos con que se adicionó nuestra ley suprema jalisciense dicen que la UdeG, es un organismo público descentralizado del gobierno estatal, con autonomía para garantizar la enseñanza mediante la libertad de cátedra, de investigación, de examen y discusión de las ideas; enfatiza en que se gobernará a sí misma y administrará su patrimonio, “cuyo fin es impartir educación media superior y superior, así como coadyuvar al desarrollo de la cultura en el Estado”.  Enseguida viene la porción en la cual se menciona, que la UdeG, contará con una aportación anual de al menos un cinco por ciento del presupuesto de egresos estatal (PEE), que es lo correspondiente a Jalisco de acuerdo con el esquema de financiamiento que al respecto se tiene con el gobierno federal. Adicionalmente -establece la reforma que comentamos- se podrá agregar un punto tres por ciento del PEE para proyectos específicos de infraestructura y equipamiento. Todo se deberá hacer conforme los planes nacionales y locales de educación superior, así como ajustándose a los lineamientos hacendarios y de gasto público, entre lo que destaca la transparencia, control y vigilancia del gasto.





            Como aseguró el Rector de la Universidad tapatía, ahora los alumnos no tendrán que cubrir cuotas y su formación universitaria será gratuita, tal como pregona la Constitución de la República. Y a la par, se podrá ensanchar el cupo de estudiantes de nuevo ingreso, tanto a bachillerato -preparatoria- como para alcanzar cualquier grado desde licenciatura, maestría e incluso el doctorado. Eso -la gratuidad- fue el anhelo de la Revolución mexicana en el ramo educativo y ahora, en el nivel universitario, se cumplirá cabalmente. Hemos de advertir que ese cometido se hacía antes, pero la estrechez económica y luego los tiempos del neoliberalismo, hicieron que se dejara en el olvido, con lamentables repercusiones para la juventud de escasos recursos.


            La prensa de la localidad le dio tratamiento muy especial al logro que, gracias al gobernador, el legislativo y la sensibilidad del Rector -Ricardo Villanueva- ahora tiene de plácemes a los universitarios y en general al pueblo. Pero también sirvió para echar palada de tierra al enfrentamiento que sostuvo el ejecutivo -Enrique Alfaro- con el fallecido líder moral de la UdeG -Raúl Padilla- pues, en el acto celebrado en el ex Recinto del Congreso -en Palacio de Gobierno- el ardoroso gobernador expresó su reconocimiento al exrector, calificándolo como figura de enorme talento y “determinación a prueba de todo”. El diario Mural -del 15 de este marzo- dice en una nota de primera plana: “Reconoce Alfaro a Padilla y firma presupuesto”.


            En su información de ocho columnas, El Informador publica: “Adiós a las cuotas en la UdeG”. Por su lado, el diario Milenio del mismo viernes 15 informa: “Anuncia Villanueva la gratuidad de los estudios en la UdeG”. Y el cotidiano Antena Noticias, dice: “El presupuesto constitucional para la UdeG ya es una realidad”.





            Prosiguiendo la vista de nuestra prensa, el diario NTR de la misma fecha que los antedichos, afirma:” Gasto Constitucional para UdeG es oficial”. En cuanto a La Crónica de hoy, versión Jalisco, especifica: “Gobierno y UdeG comienzan nueva era de relación institucional”. Otro periódico, Quadratin-Jalisco, reconfirma:” Ya es oficial el presupuesto constitucional para UdeG”. De igual manera, el periódico Publimetro, encabeza su primera plana: “Jalisco oficializa entregar 5% de su presupuesto a la UdeG”.


            De la columna “Parabólica” del diario Antena Noticias, bajo el rubro de “Nueva Etapa para la UdeG”, extraemos lo siguiente: “Por fin, después de tantos años y enfrentamientos, el día de ayer comenzó ‘una nueva era’ en la relación entre el Gobierno de Jalisco y la UdeG…Con este decreto la casa de estudios asegura que recibirá de manera constitucional al menos el 5% del  presupuesto de egresos…sin que tenga avalarse por los poderes Ejecutivo y Legislativo estatal, es decir, sin que se tengan que hacer grillas y manifestaciones para conseguir recursos. Así, la universidad jalisciense estará concentrada en sus tareas sustantivas y enfocada en los temas académicos, culturales y de formación. Estrellita en la frente para Alfaron y para el Rector Ricardo Villanueva por el acuerdo histórico que lograron.” (AN, 15-III-2024).


            No cabe duda de que habiendo buena voluntad y con el afán de servir realmente a Jalisco, la ciencia y la cultura, se pueden alcanzar metas, así estas sean de lo más difícil. Ahora resta que se cumplan plenamente los objetivos que entraña el otorgamiento del presupuesto constitucional a la Universidad, y esos fines sean parejos en hechos, con las intenciones manifestadas por quienes participaron en tan venturoso suceso.





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