lunes, 12 de septiembre de 2022

Pleito de comadres


  

Juan José Ríos Ríos


  

Definido como resultado de que se descubran los secretos o las faltas ocultas en las riñas acaloradas, el pleito de comadres en que se han sumido los dirigentes de los partidos políticos nacionales, aún registro, como el PAN, PRI y PRD, que hasta hace poco se codeaban para continuar con su propósito de ir por México, no solamente les ha hecho sacar lo peor de cada quien, pues además de romper relaciones corren el riesgo hasta de desaparecer.



            Han sido los actuales dirigentes nacional de estos institutos políticos los que han contribuido a hundir más a los partidos que representan, pues los señalamientos públicos que se les ha hecho por actos de corrupción y que son del conocimiento de casi todo el país, sus reacciones y comportamientos, les están causando tanto descrédito que antes las elecciones del 2023 y la presidencial, que seguramente perderán todo, y muy posiblemente hasta su registro.


            Son otros tiempos, hay cambios y no ha sido lo mismo en el actuar y decidir en las dirigencias nacionales del PAN, PRI y lo que queda del PRD, panorama que en casi general en todo el territorio nacional, cuando en los estados y municipios sus supuestas dirigencias están estáticas, no hacen ni producen nada por su cuenta, disciplinados como son, esperan órdenes y no son capaces de reaccionar por sí mismos, lo que sin duda también se reflejará en los procesos, que hace nivel, se lleven a cabo mediante elecciones.





            De todo lo que se está dando y que sin duda se producirá en lo que resta de este año, además de estar mostrando abiertamente lo que son, cuando sólo velan por sus intereses de grupo o de quienes los tienen encumbrados en el poder, la gente, los ciudadanos, los que votan en las elecciones, se están dando cuenta y sin duda lo reflejarán con sus votos en las urnas, por lo que es muy complicado el panorama, incluso a nivel nacional cuando todos andan de la greña, mostrando sus debilidades, sus ambiciones, lo que hace casi imposible suponer cuál será el resultado final.


            Aunque sea sano saber a ciencia cierta qué y quienes son los dirigentes y los partidos que representan, es un lastre muy pesado seguir sosteniendo el sistema político actual, cuando se presume y se “defiende la democracia”, representada por instituciones, como el INE, que son fruto de lo mismo, lo que obliga a un cambio, radical, en el proceso de elegir a los futuros dirigentes de los partidos que puedan sobrevivir después de las elecciones del 2023 y del 2024, se deben de romper las cadenas, la dependencia a que se sujetan a los estados y sus municipios, con mandos y controles nacionales que sólo los usan a su conveniencia.





            No son las siglas de los partidos lo que los ha desacreditado como tal, son sus dirigencias, a quienes elevan al rango de diputados o senadores, cuando hay personas ocupando los cargos que dejan mucho que desear en cuanto a resultados y comportamientos en tribuna y en el desempeño de sus funciones, ellos no se afectan, dañan al país y a los ciudadanos, no hay ética, es una actitud de peleoneros y bocas flojas que enlodan lo respetable que debieran ser sus cargos y comisiones como funcionarios públicos.


            Sin duda que este pleito de comadres todavía dará mucho de qué hablar y escribir, situación que no conviene a nadie, muchos menos a los supuestos representados, son tiempos de cambios, de renovaciones y de dar y también de exigir un ¡basta!


           

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