miércoles, 6 de julio de 2022

Ríos de lodo

 




 

Víctor Hugo Prado


 

El lunes, como pudieron vivirlo los habitantes de Zapotlán el Grande, la intensa lluvia vespertina dio cuenta mediante una preliminar llamada de atención que no estamos haciendo bien las cosas. No lo estamos haciendo en materia urbanística, tampoco en la vertiente forestal y agrícola, menos en la parte de manejo de los mantos acuíferos.



Los ríos de lodo que bajaron por las calles de la “montaña oriente” dejan claro y exponen que no existen árboles que amortigüen la caída de la lluvia y menos eviten los arrastres de suelo cultivable, provocando las inundaciones de que fueron objeto muchas colonias, calles y casas de la población. Hemos permitido el cambio de uso de suelos, para cultivar agave y aguacate, principalmente, dejando expuesta la tierra para deslaves fáciles. Hemos permitido el crecimiento urbano sobre anteriores zonas boscosas y hemos tolerado el desvío de los causes de arroyos naturales por rutas distintas sin prever sus desbordamientos inmediatos sobre las zonas poblacionales.


Lo que bajo el lunes del cerro, como decimos aquí, no era agua limpia, transparente, como solía suceder ante las fuertes lluvias de otros años, eran literalmente ríos de lodo, ríos de tierra cultivable, ríos de lo que antes fue equilibrio climático que permitía el cohabitat de fauna y flora silvestre. De seguir así, desmontando el bosque en poco tiempo veremos en la montaña oriente, cerros deslavados, erosionados, sin vegetación, sin árboles, y sin agua, porque justamente la función de la vegetación y arboles es retener el agua y recargar los mantos freáticos.





Urge que la comunidad organizadas en sociedad civil, la Universidad de Guadalajara, ambientalistas, colonos, asociaciones de profesionistas, gobiernos municipal, estatal y federal, empecemos a trabajar en este tema para adoptar las medidas que permitan detener el deterioro de los recursos naturales. No se trata de ir en contra de nadie que desarrolla actividades productivas, se trata de convocar esfuerzos cooperativos y comunes para encontrar las soluciones adecuadas a un problema que será recurrente, agravado por fenómenos como el calentamiento global y que afecta a todos los habitantes de Zapotlán el Grande. Un ejercicio sistemático de diálogo, de investigación técnica científica, de propuestas de soluciones ante la destrucción forestal, esa será la ruta necesaria al que, de entrada, el gobierno municipal debe atender. Ir sobre las causas y no sobre los efectos.


Aprovecho el espacio de Diario El Volcán para expresar mi inconformidad ante el artero ataque a Susana Carreño, Directora de Radio UdeG en Puerto Vallarta, me sumo a las voces que demandamos se investiguen las causas y se castigue a los responsables.

 

 


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