miércoles, 1 de marzo de 2017

La galaxia Pessoa




Ricardo Sigala


De entre los genios literarios que ha dado la humanidad, Fernando Pessoa es uno de las más singulares. No sólo creó su obra poética, que habría bastado para poner a la literatura portuguesa en la cima de la literatura internacional, sino que adenás se dio a la tarea de crear otros poetas, que en suma constituyen mucho más que una generación. 


Tanto tenía que decir, y tan diverso, que Fernando Pessoa necesitó de inventar la vida y obra de tres poetas superiores y un narrador incisivo, tan distintos entre sí que no parecieran haber salido de la pluma del mismo escritor. Sus invenciones son las siguientes. Alberto Caeiro, un joven poeta autodidacta que hizo del pensamiento poético una filosofía de las sensasciones, murió de tuberculosis antes de los 30 años. Ricardo Reis, fue un médico de formación clásica, sabía latín y escribió una poesía que emula el hedonismo, el epicureismo y la dicción de ciertos poetas latinos, en política se declaraba monárquico. Álvaro de campos es la parte impulsiva, beligerante, provocadora de los poetas pessoanos, se trata de un ingeniero naval que no ejerce su profesión, vive en Escocia, ha experimentado con las vanguardias literarias de principios del siglo XX y también con las drogas y el sexo; escribió poemas estridentes, en apariencia viscerales, que perturbaron el orden esteblecido, pero también otros de una marcada melancolía. Fnalmente, Bernardo Soares es el autor de El libro del desasosiego, considerada uno de las obras más destacadas de la iteratura europea del siglo XX.

Contra lo que se puede creer a primera vista, no se trata de pseudónimos, es decir la propia obra de Pessoa firmada con otros nombres. Él les llamó heterónimos, lo que significa que se trata de la obra de otros autores, claro que él mismo creó pero que no son él. No sólo tienen intereses distintos, sus temas son no sólo diversos sino opuestos, además sus estilos se contraponen; incluso tienen sus propias biografías con fechas de nacimiento y de muerte, su formación y todo tipo de preferencias. Pessoa murió en 1935 a los 47 años de edad, dejó casi toda su obra inédita en alrrededor de 30 mil documentos, algunos concluidos, pero la mayoría inconclusos. Después de su muerte se fue dando a conocer lo que se ha dado en llamar “La galaxia Pessoa”, hasta ahora se han identificado más 130 heterónimos, entre los que hay poetas, dramturgos, narradores, pensadores, etc.

El poeta, traductor y académico de la Universidad francesa de Niza, Patrick Quellier ha dedicado muchos años a estudiar la obra de Fernando Pessoa, ha traducido del portugués al francés casi dos mil páginas del poeta de Lisboa, y es una autoridad en el tema. Patrick Quellier estuvo la semana pasada en el CUSur, en el programa Tiempo de Leer de la Cátedra Hugi Gutiérrez Vega, por supuesto habló de Fernando Pessoa y sus heterónimos, dictó una conferencia magistral e impartió un semnario-taller. Como última actividad presentó el ibro Amour sans forme, una edición francesa de poemas de Hugo Gutiérrez Vega, traducidos por el propio Patrick Quiller. Patrick Quellier habló de nuestro viejo amigo poeta como un gran pessoano. Entonces recordé que los primeros poemas que leí de Fernando Pessoa, allá por los años ochenta, los leí en la colección Material de Lectura de la UNAM, que promovía el propio Hugo Gutiérrez Vega. Tarde o temprano los poetas coinciden en una misma biografía.


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