miércoles, 7 de septiembre de 2022

Remesas solo ayudan a cubrir necesidades básicas, urge un nuevo rumbo económico


  

Salvador Mateo

 

 

En el documento del 01 de septiembre, el Banco de México (Banxico) reportó que, en julio de 2022, los ingresos por remesas provenientes del exterior alcanzaron un nivel de 5,297 millones de dólares, lo que significó un incremento anual de 16.5%. Durante los primeros siete meses de 2022, los egresos por remesas sumaron 644 millones de dólares, cifra superior a la de 570 millones de dólares registrada en igual periodo de 2021 y que significó un aumento anual de 12.9%.



Por su parte, el Instituto de Información Estadística Informática y geográfica de Jalisco IIEG) en su Boletín Económico Mensual de agosto de 2022 informa que Jalisco es la entidad federativa que recibió la mayor cantidad de remesas durante el segundo trimestre de 2022, 9.3% de las remesas del país corresponde a esta entidad. Michoacán se ubica en el segundo lugar (9.1%), y Guanajuato en tercer lugar (8.9%).


Sin embargo, aunque en los últimos dos años Jalisco ha sido el Estado que más remesas recibe, el dinero que llega por esa vía se usa para cubrir necesidades básicas de las familias y hasta la fecha no han detonado la apertura de negocios aprovechando esos dólares. De nada ha servido de que el Fondo Jalisco de Fomento Empresarial (Fojal) haya dado asesorías a las personas que reciben dinero de sus familiares del extranjero para la apertura de negocios vía el programa Jalisco Migrante Productivo, ya que hasta el momento no se ha concretado ninguna entrega de crédito.






En el portal del diario el Informador está disponible una publicación con fecha 12 de julio de 2022, del periodista Rodrigo Rivas Uribe, donde se da a conocer que el Anuario Migración y Remesas, elaborado por el Consejo Nacional de Población (Conapo) reportó que al menos 74% de los recursos de las remesas se emplean en compras de alimentos, medicinas y vestido. En los últimos años subió el monto destinado en gasto de salud, Otros de los principales rubros son el pago de deudas y hacer mejoras a las viviendas.


El récord de remesas alcanzados en Jalisco y el país, no puede ser motivo de orgullo nacional como si lo hace el presidente Andrés Manuel López Obrador quien, sin ningún rubor durante casi cuatros años ha estado presumiendo el incremento de las remesas como logro de su gobierno, cuando éstas constituyen el mayor símbolo del fracaso de su gobierno en materia económica.

Todos sabemos que los envíos de dólares del extranjero son producto del esfuerzo y trabajo de mexicanos que se han visto en la necesidad de abandonar su nación, su familia, su hogar, sus amigos, la tierra que los vio nacer, ya sea por falta de oportunidades, desempleo o inseguridad, como cualquier persona desprejuiciada puede constatar al platicar con algún joven que ha dejado de estudiar para contribuir al gasto familiar y al afrontar los problemas económicos, no duda que lo mejor es irse a los Estados Unidos.


La realidad es terrible. El IIEG informó que, en el segundo trimestre de 2021, la población que no pudo adquirir la canasta básica alimentaria con su ingreso laboral en Jalisco fue de 24.0%. Asimismo, a raíz de la desaparición del Seguro Popular y de la puesta en marcha del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), la población con carencia por acceso a los servicios de salud aumentó en el Estado. En 2015 se registraron 1.3 millones y en 2021, 2.6 millones, es decir, más de la tercera parte de los jaliscienses.





El problema es que la economía mexicana sigue abajo del nivel que tenía antes de la pandemia. Al comenzar septiembre de 2022 es aproximadamente 2.1% más pequeña de lo que era en febrero de 2020. No obstante, el presidente Andrés Manuel López Obrador en su cuarto informe dijo que la economía cayó, pero ya recuperamos los niveles prepandemia.


Pero lo peor, no es el optimismo presidencial, sino la falta de objetividad y las conclusiones que se derivan de esto en sus políticas públicas. Si todo va bien, según el juicio del presidente, entonces para que cambiar las cosas. López Obrador anunció su intención de mantener la estrategia económica en el último tercio de su sexenio porque está convencido de que está funcionando. Estamos ante un relato lleno de triunfalismo, a pesar de que tenemos el peor desempeño de la economía desde el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) creció a una tasa promedio de 0.58% anual. Estamos debajo de ese récord. Para variar, las calificadoras advierten que la economía mexicana deberá crecer cerca de 2% anual entre 2022 y 2024.


De tal manera que, si las remesas solo ayudan a cubrir necesidades básicas y no para crear fuentes de empleo para evitar que sigan saliendo diariamente más mexicanos en busca del sustento para sus familias, queda evidente que urge un nuevo rumbo económico en nuestro país. Esta medida, no puede ser llevaba a cabo por Morena cuyo jefe e ideólogo López Obrador presume los envíos de dólares como logro de su gobierno.






Está en manos del pueblo trabajador remediar que los mexicanos en edad laboral abandonen a sus seres queridos para ir en busca del sustento diario al extranjero. Para tal fin es necesario que los trabajadores se organicen y se eduquen para que lleguen a entender, hagan suyos e impulsen los cuatro ejes de acción esenciales que propone el Movimiento Antorchista Nacional como primer punto consiste en la creación de empleos para todos aquellos mexicanos que puedan y quieran trabajar; segundo, la mejora sustancial de los salarios para que alcancen a cubrir las necesidades de alimentación, salud, educación, servicios básicos, vivienda. Esta es la verdadera alternativa.




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