viernes, 24 de junio de 2022

Herida que se agrava

 


 

Juan José Ríos Ríos

 

La herida producida a Ciudad Guzmán por la falla geológica que la cruza y que se manifestó de una manera violenta y definitiva desde ocurrido el temblor del 19 de septiembre de 1985, cada vez se agrava más y su proceso destructivo se hizo sentir una vez más la tarde del martes 21 de junio, afectando más viviendas y espacios que se localizan en su trayecto.



            Está visto, dado su origen, que este desplazamiento de la tierra no parará, y continuará eternamente su proceso de avance y de afectaciones, por lo que, aparte de resignarse a ello, las autoridades debieran ya tomar más en serio cartas en el asunto y aplicar medidas más eficaces de las tomadas hasta ahora, para que en el futuro cercano y a largo plazo, se evite el asentamiento de viviendas, negocios o empresas en su trayecto, y con ello evitar peligros y pérdidas materiales de las que ya se han sufrido.


            Esta vez las afectaciones fueron más pronunciadas desde la calle Manuel M Diéguez y se agravaron en la zona donde se encuentra el inmueble que muchos años atrás operó como sede del entonces CONASUPO, mientras que el espacio, donde posterior al temblor del 8 se asentó de manera provisional la terminal de autobuses, y fue transformado en un espacio público recreativo, se produjeron más daños al igual que en el área donde se ubica la colonia Santa Rosa.






            La falla geológica o “Abra”, como coloquialmente se le denomina, ha producido grandes desniveles por la calle Morelos, entre Bravo y Allende, pero desde 1985 a la fecha la fuerza que la mueve se ha enfocado por la de Manuel M Diéguez e Ignacio Ramírez, en donde hace cosa de tres o más años ya se había dispuesto la reubicación de varias familias cuyas casas resultaron afectadas y por lo tanto inhabitables, lo que no se dio del todo, pese a que se les asignó terreno para ello.


            Ahora, son más las fincas dañadas y por lo mismo más personas las afectadas, que si bien es cierto ninguna de éstas ha querido o fue alojada en los albergues, pues prefirieron darse calor con familiares o amigos, muchas de éstas ya no podrán habitar sus casas, deben de considerar los riesgos que corren y aprovechar, e incluso exigir en su caso, la ayuda que les debe brindar la autoridad en sus tres niveles de gobierno; municipal, estatal y federal, pero también cumplir las disposiciones que se les asigne, para garantizar su seguridad y que no pierdan del todo su patrimonio.





            El efecto que produjo el agravamiento de la falla geológica, gracias a las redes sociales tuve una difusión a nivel mundial sin duda, no pasó desapercibida y familiares de personas que viven en Ciudad Guzmán, buscaron la forma de entablar comunicación y conocer qué daño o afectación habían sufrido, lo que no se dio porque tal vez no pasó de ser un movimiento de tierra que se sintió con más fuerza en las zonas de la ciudad que se ubican en las inmediaciones de la falla, porque personas que viven en núcleos habitacionales establecidos el oriente y sur oriente de la zona urbana de la ciudad, dijeron no haber notado o sentido el que fue denominado temblor de tierra, lo que sin duda alguna, aparte de no sufrir afectaciones de ningún tipo, tampoco alteró su estado de ánimo.

           




            

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