miércoles, 2 de agosto de 2017

Un año que pasara al olvido, pero no para todos



José Francisco del toro Navarro


Estamos como la canción de Sandro, penas, penas y penas, bueno casi aquí son quemas, quemas y qué más da plantar aguacates después de la quema y si no hay quema de todos modos, no les importa pensar, que los pinos no los planto el hombre por lo tanto el hombre no tiene capacidad de reponer el destrozo ecológico, se piensa que reforestando es la solución al problema, eso pensó Atenquique la fábrica de papel, hicieron plantaciones que no prosperaron y no se toma experiencia porque no conviene hacer memoria, realmente a poca gente le importa si hay o no hay pinos, pero si están al pendiente de partidos políticos, un mal gobierno nos roba, pero un daño ecológico se acaba la vida, es tiempo de valorar y dejar al olvido los aserraderos y respetar lo que no es nuestro, una reforestación es rechazada por el mismo bosque, al igual que en tu casa falta un miembro de la familia y te llevan dos desconocidos, los rechazaría la familia, los que no olvidan no son tomados en cuenta, si vemos un perro en la calle se enternecen por no tener hogar y que pasa cuando tumban un árbol, cuantos animales sin casa que es el árbol, no se diga la quema de un bosque, ahora sí creo que solo van a quedar penas, penas y penas para siempre.


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