Pedro Valderrama Villanueva
Para los rulfistas, José de Jesús Guzmán Mora
y José Asunción Rodríguez Estrada
Dentro de la literatura de Jalisco, la región sur se ha convertido, desde finales del siglo antepasado, junto a los Altos de Jalisco, en un semillero de escritores. A partir de dicho momento, la cantidad de autores que surgieron desde este rincón del país, han indiscutiblemente contribuido, dentro de la narrativa, la poesía, el ensayo y la crítica literaria, a las letras mexicanas e hispanoamericanas.
Juan Rulfo (1917-1986), uno de los escritores más influyentes de la literatura mexicana, nació en la región sur de Jalisco. Su vínculo con esta tierra no solo es biográfico, sino profundamente literario y simbólico. La obra de Rulfo, a través de El Llano en llamas (1953) y Pedro Páramo (1955), refleja la geografía, el habla, las costumbres y los dolores de los pueblos del sur de Jalisco, convirtiendo su narrativa en una extensión mítica y poética de dicha región.
Para San Gabriel, la figura de Juan Rulfo representa un motivo de orgullo cultural e identidad. Sus textos, aunque universales en su alcance, conservan la esencia del paisaje árido, del silencio cargado de historia y del abandono rural que caracterizan a esa zona de Jalisco. A través de sus cuentos y su novela, el pueblo se reconoce en personajes que sufren, recuerdan y resisten, en espacios polvorientos y murmullos que parecen surgir de los muros y la tierra misma. De hecho, la relevancia de la obra de Rulfo le ha traído proyección nacional e internacional a San Gabriel; por ejemplo, numerosos interesados en el autor, provenientes de diversos sitios del mundo, lo visitan, periódicamente, en busca de nuevos datos en torno a su vida.
Gracias a Rulfo, este municipio forma parte del imaginario literario de México. En años recientes, este poblado ha impulsado algunas actividades turísticas y culturales que revitalizan la memoria de su obra y fomentan el interés por el escritor sangabrielense. Por ejemplo, desde 1987, allí se organiza, de manera ininterrumpida, el Festival Cultural San Gabriel en homenaje a Juan Rulfo; a propósito, José de Jesús Guzmán Mora, cronista del municipio, escribió, en 2019, un libro sobre la historia de este importante festival titulado Antecedentes del Festival Cultural San Gabriel en homenaje a Juan Rulfo, que contiene una puntual crónica de las actividades llevadas a cabo y una amplia iconografía. Dentro de este festival también se organiza, desde entonces, en homenaje a Juan Rulfo, el Concurso de Cuento Corto, después titulado Concurso Estatal de Cuento “Murmullos en el Llano” y, más recientemente, Concurso de Cuento Biestatal Jalisco-Colima. Y, asimismo, se organiza, desde 2016, el Recorrido de los Murmullos, conducida, anteriormente, por Enrique Nava Estrada, y, en la actualidad, rebautizada como la Ruta de los Murmullos, dirigida por el cronista rural del municipio, José Asunción Rodríguez Estrada, quien lleva a los interesados por los espacios más significativos de la vida y obra de Rulfo, como son: la Ex Hacienda de Telcampana, el Mirador “Vine a Comala”, “El hidrante”, “Casa Vizcaíno”, la casa natal de Juan Rulfo, la casa de don Fulgor Estrada, la casa de huéspedes (Eduviges Dyada), el colegio de las Josefinas y el Portal Ocampo. Espacios, pues, que nos recuerdan de la presencia latente de Rulfo en esta población.
Sin embargo, pese a estos esfuerzos por parte del municipio y sus cronistas, no puede uno evitar pensar que aún hacen falta nuevos impulsos para consolidar la figura de Juan Rulfo en San Gabriel. Por ejemplo: ¿Qué tan descabellado es pensar en la fundación de un Coloquio Rulfiano o en un Centro Documental y de Estudios Literarios Juan Rulfo? Donde, además de salvaguardar objetos personales, libros y fotografías del autor, también se conserven las diferentes ediciones de sus títulos y un fondo bibliográfico especializado en su obra para su consulta y dedicado al conocimiento y estudio profundo y especializado de su escritura (como en Guadalajara se hizo, hace algunos años, sobre el escritor argentino Julio Cortázar), y que, además, tenga la vocación de organizar seminarios, cursos, ciclos de conferencias y atraer al turismo cultural, académico y, en general, de los lectores de la región y otros rumbos.
Si nos asomamos, por ejemplo, a Zapotlán el Grande, hallamos la Casa-Taller Juan José Arreola, dirigida actualmente por Azucena Rodríguez Anaya, que ha atraído la mirada de estudiosos y lectores especializados, pues, además de albergar objetos personales y parte de la biblioteca personal de Juan José Arreola para su consulta, anualmente, se organiza allí, desde hace varios años, el Coloquio Arreolino, que atrae académicos de talla internacional. Además, este espacio sirve, cotidianamente, como foro para conferencias, lecturas, presentaciones de libro y talleres de escritura, entre otras actividades. La Casa-Taller Juan José Arreola es un espacio que se ha vuelto en un punto importante para la cultura en la región.
En conclusión, la obra de Juan Rulfo no sólo retrata la esencia de San Gabriel y sus alrededores, sino que también les otorga una presencia viva en la literatura universal. Rulfo ha hecho que su tierra natal no sólo sea un lugar geográfico, sino también un espacio mítico donde la historia, la memoria y la palabra se entrelazan de manera eterna. Ojalá en los años venideros, nuevos proyectos se concreten y vuelvan a San Gabriel, al igual que Lagos de Moreno, Guadalajara y Zapotlán el Grande, en una ciudad literaria.
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