miércoles, 19 de julio de 2017

La educación Incluyente y de Calidad



María del Carmen Torres Avalos


Para iniciar, retomo las palabras de la Dra. Rosa Blanco quien define a la Educación como:”…un bien público, un bien común y un derecho fundamental del que nadie puede estar excluido porque gracias a la educación somos personas y gracias a la educación se desarrollan las sociedades.”


Con la presente conceptualización, se observa la gran contrariedad que se tiene en la actualidad, pues se siguen teniendo alumnos excluidos  del aprendizaje, no todos los estudiantes logran aprender lo necesario para participar en la sociedad en igualdad de condiciones, de esta forma no se puede hablar de calidad en la educación si sólo una parte de la sociedad aprende lo necesario para participar en ella.

La Educación Inclusiva atiende a todos los alumnos que acuden a ella y se adapta para atender a todos los estudiantes. La pedagogía está concentrada en el estudiante y se brinda la oportunidad de que todos aprendan.

El derecho a una educación incluyente es ofrecer una educación de calidad para todos, esto es, acceder a la escuela de la comunidad en que se vive, educándose con sus compañeros de la misma edad, lo que hoy llamamos, con sus pares, apoyar a los alumnos para que permanezcan con atención apropiada a sus necesidades; de esta forma poder culminar mínimo la Educación Básica.

La inclusión es un paso más en el ejercicio del derecho de la educación, con ello se puede decir, que  es responsabilidad del sistema Educativo en su conjunto.

Por principio de cuentas debe desarrollarse un currículo estandarizado para todos, participando todas la instancias: Educación Especial, deberá contribuir con sus conocimientos especializados a través de sus diagnósticos y estrategias sugeridas a los docentes de escuelas generales, de esta forma asegurar que los alumnos con Necesidades Especiales o con Discapacidad aprendan y permanezcan en los centros educativos; Educación Indígena, deberá trabajar en un mismo currículo Nacional. 

Existen documentos internacionales y nacionales que obligan a las instituciones educativas para que se cumpla con el derecho a la Educación Incluyente, por tanto, las escuelas han de cambiar su propuesta, estructura y funcionamiento, lo anterior dará como resultado, atender las necesidades de aprendizaje de TODOS los alumnos.

A sabiendas de que todos los alumnos son diferentes, se debe recordar que las diferencias son ineludibles al ser humano, por tanto, el aprendizaje debe ser una oportunidad para enriquecer el proceso de las personas considerando sus necesidades e intereses. A diferencia de una desigualdad, pues ésta última, se propicia de forma externa al individuo a través del medio ambiente. Esta desigualdad, se convierte en barrera cuando la familia no acepta la diferencia de los pequeños, las escuelas, aun teniendo alumnos con alguna discapacidad motora no acondicionan rampas, baños, etc. Y los docentes conociendo las dificultades de aprendizaje que tienen los alumnos no proporcionan las estrategias adecuadas.

Se piensa con frecuencia que el problema es el niño, y no, el problema son las barreras que limitan el PROCESO y que se debe ver cómo eliminarlas. Definiendo como proceso el cambio cultural que modifiquen las prácticas educativas.

Como se ha observado en el presente, la escuela sola no puede desarrollar el aprendizaje, se necesitan cambios en la sociedad, desarrollo de políticas intersectoriales, facilitar el desarrollo profesional y capacitación del docente para poder tomar el desafío de identificar qué hacer para brindar una Educación de Incluyente y de Calidad.

Así es que, a tomar cada uno de los actores educativos, la parte que nos corresponde para que en nuestras comunidades se brinde una Educación Incluyente y de Calidad.


*Asesora del Centro de Actualización del Magisterio



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