viernes, 28 de julio de 2017

El periodismo es un servicio social: Pazarín

Milton Iván Peralta
El Volcán/Guzmán


Víctor Manuel Pazarín volvió a casa. Regreso a recorrer los pasos de su infancia, pero ahora lleva de la mano a su esposa y a su nieta. Aprovechamos su visita a Ciudad Guzmán, del escritor y periodista para saludarlo, pero sobre todo pagar una deuda pendiente: una entrevista, tantos años de amistad y de colaboración y no nos habíamos dado esta oportunidad, he aquí parte -una minúscula parte- de ese diálogo.  


-¿Cómo ve el periodismo cultural en Jalisco?

VMP.- El periodismo cultural en Jalisco ha tenido algunas épocas buenas, que luego se ha perdido con la desaparición de los propios medios, como la época de Siglo XXI, que tuvo una gran libertad creativa, resultó también surgieron buenos creadores, o al revés creadores publicaban artículos en las páginas culturales de Siglo XXI, que sí han ido mermándose y desapareciendo suplementos importantes como el del Informador, que duró muchos años, también fue un semillero y también fue un espacio donde se publicaba de algún modo el periodismo cultural, ensayos, artículos, entrevistas. 

El Occidental mantuvo durante muchos años un suplemento que guarda un archivo y una memoria de la época, sin embargo nunca ha habido grandes reporteros de periodismo cultural, siempre han sido escritores que escriben sobre asuntos culturales, cuando algún muchacho quiere entrar al periodismo cultural, te das cuenta que hay una gran deficiencia, en percepción sobre las cosas que ocurren en el mundo cultural, hay poca cultura en ellos, hay poca visión, hay poco espacio reflexivo y el periodismo cultural tiene que ser muy reflexivo, además se confunde mucho la crítica con la lectura de las obras, se destruye la obra antes de analizarla y quien comienza a tener poco de fama como un gran reportero de cultura, es porque está destruyendo cosas, en lugar de estar haciendo una lectura, de las cosas que ocurren en el espacio determinado y no dan oportunidad que el lector vaya a las exposiciones o lecturas, porque no invitan, el periodismo cultural debe de invitar y el visitante debe juzgar, el reportero debe dar fe de que existe eso.

Donde más sufre esta parte del periodismo, pero que también sufren las otras áreas, es que quienes hacen periodismo no saben escribir, sino sabes escribir no entiendes bien el mundo y menos el mundo del otro, porque escribir es un poco comprenderte a ti mismo, y comprender al otro y viceversa. La gente se vuelve egoísta, y cree que porque está en un papel de reportero, tiene toda la facultad para dañar al otro, se olvida que todo el periodismo es un servicio social, es para informar al otro y enterarlo de lo que está sucediendo, es servir a la sociedad y se ha perdido ese punto de vista, el servicio, no por eso dejará de tener una crítica o un análisis, porque a parte de dar una información, también debe dar un punto de vista, porque el reportero es un dador de fe. 

El periodismo es conversación, todo periodista debe conversar con su propio lector, o lector posible, más si se trata de una columna es una conversación con los lectores y el propio tema a tratar.

Ya no sabemos conversar, sabemos criticar, chismear, hundir al otro, entonces quien se coloca como columnista, su papel lo define como un dictadorsete, un dictadorsillo, “yo soy quien te va decir si estoy bien o estas mal”, y nadie esta mal, para empezar lo que debe tratar el periodismo cultural es la obra. 

Al periodismo cultural le falta narratividad, no deben ser notas secas, porque tú tienes que invitar, y para poder invitar tienes que estar convencido tu mismo, si escribes emocionado tu lector leerá emocionado; el problema de los reporteros de cultura es que no saben leer, y saber leer no es palabras, es leer la realidad, leer el cine, la obra de arte, es leer al otro y ahí se vuelve complejo todo, el periodismo cultural está en crisis desde hace mucho tiempo, pero hay una forma que logra salvar no solo al periodismo cultural, sino al periodismo en general, es la escritura. El periodismo es un arte conversatorio, escribimos para transmitirle al otro lo que vimos.  

-En una entrevista con Ricardo Castillo, él comentaba que aparte de reducir los espacio para el periodismo cultural, se a abierto una brecha que veces tiene sus bondades, como lo son las redes sociales. ¿Cómo ve la función de las redes sociales en el periodismo cultural?



VMP.- Las redes sociales son un arma de doble filo, porque tu puedes pensar que te van a leer miles, y en realidad te lee un circulo, pero eso mismo ocurre en el periódico, las redes sociales pueden funcionarte, porque ahora hay muchas formas de publicar, pero la gente quiere aparecer en un libro o un periódico, cuando puedes armar un blog, y si realmente vale la pena tu obra, se va trasmitir, esas son las bondades.

Las cosas que no son tan bondadosas, desde mi personal punto de vista, es que se puede perder en el infinito y que te sientes con tal libertad de escribir cualquier estupidez y como ahí nadie te va a censurar ni editar, entonces se permite, y hay cada bodrio en las redes sociales, pero tu tienes que tener una ética y una moral en tu propia escritura y pensamiento, porque igual si tu publicas en el Facebook o cualquiera de las redes, debes pensar lo que vas hacer, porque hay gente que despotrica y no lo vemos en la calle, hay gente que ha confundido las redes con la calle, si tienes a mil contactos crees que eso es la sociedad, entonces te estas poniendo en una postura como si fuera todo el mundo y no lo es, es la gente que tienes de contacto. Debes ser exigente en lo que escribe, en donde quieras que estés, debes amarte primero, respetarte y respetar a los demás. Sino hay responsabilidad, estas perdido.   




 

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