lunes, 21 de diciembre de 2020

Recuperación del salario


 


Pedro Vargas Avalos

 

 

A mediados del mes de las navidades se dio a conocer por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI) el monto que alcanzarán los salarios mínimos a partir del uno de enero inminente. El promedio porcentual del incremento es de 15%, por lo que las cifras quedarán de los $123.22 vigentes en este agónico 2020, en $141.70 pesos diarios en general para la República, con excepción de la zona libre fronteriza donde actualmente se devenga la suma de $185.56 y que llegará a los $213.39 pesos por día: no cabe duda de que tales números significan una evidente recuperación salarial.




Ya sabemos que esos aumentos al mini salario se determinan en la CONASAMI por los tres sectores que la integran, a saber: el patronal, el obrero y el gubernamental. Lo ideal es que se pongan de acuerdo todos y así se decida anualmente el nuevo salario mínimo; sin embargo, no siempre es de tal manera, y en no pocas ocasiones han votado en contra, ya los patrones o en otras veces los representantes obreros. En este año los que no estuvieron de acuerdo fueron los dueños de las empresas, específicamente los señores del sindicato patronal, es decir la COPARMEX, con el respaldo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), pues auguran que, con esta mejoría a la clase trabajadora, como setecientas mil pequeñas negociaciones irán a la quiebra, por no estar en condiciones de absorber el aumento. Para estos señores el susodicho acrecentamiento es “irracional” y de tinte populista, por lo que impedirá el desarrollo con bienestar.


En Jalisco, dice un dirigente (Aldo de Anda, de los restauranteros) que sus representados son los más golpeados por la pandemia del COVID 19, y que para enero estarán en tesitura de cierre 4,500 de sus giros servidores de comida, advirtiendo que a nivel nacional lo harán como 122,000 restaurantes. En el Estado se tiene un registro de 38 mil negocios de ese ramo, correspondiendo a la zona metropolitana tapatía unos 18 mil.





La filosofía de esas organizaciones, por lo que dicen, es tener trabajadores empobrecidos, con lo cual sí habría crecimiento económico. Esa fue la política imperante desde 1980 cuando México ocupaba salarialmente el sitial doce entre las 135 naciones más importantes del mundo, hasta la década de 2010 en que de plano nuestro país se desbarrancó clasificándose en el lugar 81. Con la actual administración federal se lograron dos grandes avances en 2019 y 2020, con inusitados 16 y 20 por ciento respectivos, y sin embargo se llegó al lugar 82 internacional. Ahora con el aumento para el año venidero, se remontarán posiciones para llegar al sitio 76, lo cual prueba que este paso salarial si traerá mejoras no solo a los cuatro millones aproximados de asalariados del mínimo, sino que de repercusión se beneficiarán otros niveles de mejores sueldos.


Otro paso adelante fue incorporar a la lista de profesiones con mini salario, a las trabajadoras del hogar (con sueldo de $154.03 pesos) y los jornaleros agrícolas, quienes deberán percibir al menos $160.19 pesos al día, lo cual es acto de estricta e inaplazable justicia.


 Para comprender mejor este tema de los ingresos de los trabajadores, se debe de tener en cuenta que el salario en México se desplomó durante el periodo neoliberal, o sea en los más de treinta años últimos, para tener el penoso calificativo de considerarlo un de los salarios más bajos del mundo. Entonces, como afirma el presidente de la República, “necesitamos, es urgente recuperar la capacidad de compra del salario mínimo. Además, así lo establece la Constitución, el salario debe ser justo y debe de alcanzar para el sustento de la familia, ese es el mandato constitucional”.





En esas más de 3 décadas se castigó demasiado el alcance de los trabajadores, a tal grado que hubo años en que los aumentos al salario mínimo estuvieron por debajo de la inflación, lo cual prácticamente fue una infamia atribuible no solo a los patrones, sino a las dirigencias sindicalistas obreras y a la complicidad gubernamental.


Ahora pues, se está en la ruta de recuperar el poder adquisitivo del mini salario, que como ya dijimos tiene efectos en casi todos los sueldos, y esa es la mejor forma de lograr crecer económicamente a la par de beneficiar a toda la población.


Post Scriptum: al terminar esta colaboración, me enteré del artero asesinato del exgobernador de Jalisco Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, la madrugada del viernes 18 de diciembre, en Puerto Vallarta. El crimen, condenable desde cualquier ángulo, no debe quedar sin aclarar: la mafia organizada tiene que ver y nada debe detener a las autoridades estatales para la investigación íntegra. En este como en muchos otros casos, el pueblo espera se haga justicia, para evitar que los jaliscienses la hagan por su propia mano, al concluir que la sociedad está en manos de la delincuencia, grado al cual jamás debemos llegar. Las autoridades tienen la palabra.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts