jueves, 11 de mayo de 2023

Francisco Manuel Aizpuro y su hacienda de ferrería de providencia


 

Fernando G. Castolo*

 

 

A principios del siglo XX, en el auge de las haciendas, existió un importante casco, en los límites de Pihuamo, denominado Hacienda de Montecristo. Su propietario nació en la ciudad de México hacia el año de 1851.



Seguramente era un personaje inquieto, dado que, por alguna razón, terminó desarrollando parte de su vida por estos lares. Tuvo un primer matrimonio en Guadalajara, donde contrajo nupcias, el 23 de septiembre de 1888, con la señorita María Guadalupe Martínez Jiménez. La respectiva acta señala que él era soltero de 36 años.


Es probable que a raíz de esta unión haya pensado en establecerse en esta entidad y buscar suerte. La encontró en los parajes de Pihuamo, municipalidad rica en minas de fierro. La Hacienda de Montecristo, por cierto, fue mejor conocida como Ferrería de Providencia, en sus mejores tiempos. Su propietario fue don Francisco Manuel Aizpuro Chávez, hijo de don Patricio Aizpuro (de ascendencia vasca) y doña Ignacia Chávez. Al parecer montó residencia en Ciudad Guzmán, dado que se le menciona en el apartado de los Hacendados dentro del Censo Comercial del Directorio Ruhland, practicado en 1903.






Don Francisco Manuel fallecería en la misma ciudad de México el 5 de febrero de 1921, en su domicilio de la calle Leandro Valle número 24, dejando viuda a doña Lorenza Bulnes (quizá su segunda esposa de la que desconocemos cuándo casó con ella), igualmente nativa de Guadalajara.


La Hacienda de Ferrería de Providencia fue próspera en su época, inclusive mucho más que la Ferrería de Tula (en los altos de la sierra de Tapalpa), por la mucha demanda de fierro en la región que se tuvo durante la época porfirista, la del gran progreso industrial en nuestro país.

 

*Historiador e investigador.





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